martes, 29 de julio de 2014

Próximo destino: Ignorancia


Ya hace una semana que vine, nadie me mira.
No es diferente esto a otras ciudades,
a otros instantes,
ni siquiera las carteristas se acercan por la espalda,
debo parecer pobre.

Dicen que cuando nadie te ama
es complicado amarse a uno mismo
y si no te amas a ti mismo,
nadie acabará amándote.
Un laberinto extraño.

Yo no me amo.
Me odio a veces incluso,
me soporto otras,
me intuyo siempre.
No soy esa canción de Ismael Serrano.
Me encanta esa canción.
He llegado a cantarla en voz alta frente al espejo
es muy fácil mentirse
si lo que temes es la verdad.

La chica de la trenza es bonita,
dos bancos más allá hay otra con el pelo corto,
muy morena, como si el verano
se hubiera estancado por siempre en su piel,
parece que se llama Ana,
es absurdo ponerle un nombre más largo
a tanta belleza.
Lo bonito debe surgir como un chasquido de dedos,
-Ana. Y ella mira.
Todo lo demás se nubla
Y solo existe su rostro.
Cuando digo su rostro también me refiero a su escote,
he visto la caras mas preciosas
en las tetas de cualquiera.

La chica de la trenza fuma.
Me gusta las mujeres que fuman.
Saben que pueden morirse cualquier día
pero no tienen prisa.
No lleva tacones pero no importa,
sería capaz de hacerte daño
solo con un simple no.

He pensado en pedirle fuego
pero se que si me mira a los ojos
sabrá en ese mismo momento
donde está el incendio.
A veces resulto demasiado previsible.

Esta ciudad es como un gato
si la necesitas huye
pero cuando menos te lo esperas
se te mete entre las piernas
y te deja esa sensación absurda
de haberla sentido un instante.
Como el orgasmo de una puta.

Recuerdo a Julia diciendo.
- Una puta solo tiene un orgasmo en cada sesión
y es cuando le pagas.

Nadie me mira.
Casi una hora en esta estación
sin que un hola me desvirgue este desastre.
La chica de la trenza se marchó,
no recuerdo el destino,
creo que le miraba el culo mientras guardaba la maleta.
Aunque tampoco me acuerdo de su culo.

La del pelo corto sigue allí.
He pasado por su lado y he dicho Ana dos veces.
No ha mirado.
Tal vez debería intentarlo con otro nombre.
O con otra ciudad.
No se.

Creo que el próximo tren es buen destino,
está tan lejos de ti
que quizás el recordarte
sea el atajo más corto que tenga el olvido
y pueda amarme de nuevo
y esta vez
 sin ti.

Y alguien me mire.
Aunque no se llame Ana.





8 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me parece tan nostálgico no sé si porque me llamo Ana o porque tengo el cabello corto o por ese párrafo final. Pero es bello por completo.

Lasinverso dijo...

mola el punto narrativo de este poema. Es fantástico inventar nombres a seres hermosos en estaciones que nos llevan muy lejos....
dejo beso y verso

Lasinverso dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Xan Do Río dijo...

Me gustó mucho

AB dijo...

Como siempre. Maravilloso.
A.B.

EL BLOG DE MARPIN Y LA RANA dijo...

Poco a poco...Saludos

Anónimo dijo...

;D

https://www.youtube.com/watch?v=64lXinQSa5Y


jakeben dijo...

Dicen que cuando nadie te ama
es complicado amarse a uno mismo
y si no te amas a ti mismo,
nadie acabará amándote.
Un laberinto extraño.
Me encanto!