jueves, 17 de febrero de 2011

Ilumíname y yo pago la factura

Estoy seguro que no tenerte en perspectiva
es lo más parecido a quedarse ciego.

Que sin ti desfilando por el blanco de mis ojos,
todo es negro.

Aunque sé que si los cierro fuerte y te pienso
aparece el azul de tu falda de vuelo
o el rosa de aquel jersey que te regaló tu madre
cuando le prometiste al cumplir los dieciocho
que aún eras virgen.

El rojo sangre de tus zapatos más perversos
o el amarillo soleado de tu goma del pelo.

Ay! tu pelo, nunca un olor me había excitado de esa manera.

Y Ojalá ahora fuera capaz de recordar el nombre de tu champú
me lo compraría al instante
con tal de olerte en mi mismo.

Mis ojos.
Eso le regalaría al primero
que me dijera qué llevas puesto ahora.

Aunque sé que si los cierro fuerte,
te veré con uno de esos pijamas
huérfanos de algún botón
como si el morbo contigo
siempre tuviera dedos.

O con aquel impactante sujetador naranja
cuyos tirantes siempre fueron adictos al vértigo.

Todo es eclipse desde que no estás.
Y lo confieso,
tengo miedo.

Y maldigo esta oscuridad que inventas
que es como estar de luto eternamente,
como vivir en un perpetuo parpadeo,
igual que una ceguera indefinida,
el no tenerte en el próximo horizonte.

Y ahora que seguramente estarás fingiendo el tercer orgasmo
en una cama con alergia al matrimonio,
yo solo, triste y a oscuras,
solo espero que alguien de una vez por todas
me encienda la luz.

lunes, 7 de febrero de 2011

Si soledad no fuera un nombre de mujer, entonces si que sería una putada

Si es contigo corazón no me importa
hacer el amor con calcetines.

Si es contigo no me importa,
arrancarme esta piel mía con las uñas
y tenderla al sol de tu balcón
justo al lado de tu tanga favorito.

Ni que el último cigarro del paquete
se lo fume el viento de poniente
mientras haces de mi boca una trinchera.

No me importa siquiera amor mío
hacerte una ciudad con rascacielos
en este vertedero vertebral.

Ni romperme los ojos contra el vidrio
de las gafas que te guardan los eclipses
ni ser huesped de alquiler por dos caricias
del ático que abandera tus dos muslos.

Si es contigo es conmigo.
Eso lo sabes.

Y no soy yo
si tu no eres.
Mía.

Ni seré
sin un nosotros .

Más que polvo.

Pero si es contigo no me importa
que colecciones mis suspiros por fascículos
o le pongas nombres ridiculos a mis cicatrices
o te inventes un atajo que me lleve
desde el borde de tus labios
hasta tu ombligo.

No me importa cumplir años si es contigo,
ni que el mar no se asome al dormitorio,
no me importa destruir abecedarios
e inventarte un idioma en las pestañas
si el silencio hace un trio en nuestra cama.

No me importa mas que tú en esta vida
y pasaba por aquí por tu cintura
y he pensado.....

Que mejor que recordarlo.

jueves, 3 de febrero de 2011

Glup, glup, glup

Deberías aprender a nadar,
antes de que este muerto
o tenga dos hijos.
(que no sé que es peor en este caso)

Antes de que mi emoción se reduzca
a robar paquetes de chicles
en los extensos pasillos del carrefour.

De que me crezca la curva de la infelicidad,
mientras canto los goles
de algún futbolista tatuado,
como si el éxito suyo se pudiera compartir.

Antes de que tenga que tomar pastillas para no soñarte.

De pedir frente a las velas cada cumpleaños
el deseo de verte con tu bikini blanco
saltando en la orilla de mi playa.

Deberías aprender a nadar,
a hacer el boca a boca
el cuerpo a cuerpo,
la guerra de la piel,
la de los besos,
la paz de los abrazos
y los orgasmos.

Antes de que olvide nuestro idioma
y el scrable me parezca apasionante
y hacer el misionero los domingos
el desahogo vital de mi existencia.

De que la nostalgia pistola en mano
apunte con tus recuerdos a mi nuca
y prefiera que dispare sin clemencia
a la amnesia para siempre de tu nombre.

Deberías aprender a nadar sirena mía
antes de que suba la marea
y me ahogue en este charco de la vida.