Mantengo la perversa manía
de perseguir tu falda
en aquellos sueños que alguna vez tuve.
Es como si no quisiera desprenderme
de una edad que ya no me pertenece.
Como si solo fuera joven cuando te pienso.
Tu caminando cuesta arriba
en una lucha criminal contra el aire
yo detrás esperando que pierdas
la vergüenza pero no la guerra.
Casi siempre son blancas
como las marcas que dejan los aviones,
como la espuma que rompen las olas,
como las paredes de los psiquiátricos.
Te he tenido tantas veces
que eres infiel sin saberlo.
Tal vez me digo a veces,
que si yo hubiera sido más valiente
y tú menos guapa
en lugar de ver te las hubiera bajado.
Pero entonces no estaría
persiguiendote en esos sueños
que una vez tuve.
Puede ser que ni siquiera
hubiera tenido sueños.
Y lo que es peor,
que nunca nunca más
podría ser joven.