lunes, 12 de diciembre de 2022

LA BELLEZA ES EL DIABLO

 

2-Recuerdo cuando era pequeño, que se me escapó un globo. Papá en lugar de regañarme, me secó las lágrimas y me dijo, que si él se había ido, era simplemente porque mis manos no eran su sitio. Ha pasado toda una vida desde aquello, pero todavía cuando me veo volando solo en esta vida, recuerdo aquella frase y me consuelo pensando, que tal vez yo aún, no haya encontrado mi sitio.



12-12-2022

La primera vez que entré en la cafetería plenilunio y escuché el tímido hilo musical que acompañaba con ternura la estancia, supe que acabaría yendo siempre. Ni siquiera hasta ese momento, tenía constancia de que me gustara el blues. Me sentaba en la mesa lo más al fondo posible, abría mi cuaderno y me ponía a escribir. Lucía, la dueña, que a menudo hacía las veces de camarera, fue secundaria, aunque sin duda también ella hubiera bastado para que mis visitas fueran asiduas. No era la amabilidad de su último botón de la blusa desabrochado, ni el vaivén afrodisíaco de su culo, tampoco aquellos ojos verdes que primero te apuñalaban y luego te sanaban con cariño la herida, no era aquel lunar junto a la boca, del que no sabías si estaba huyendo de un beso, o corriendo para llegar a él. Tampoco su caminar ágil mientras su trenza se columpiaba como si su espalda fuera el interior de un parque. Lo mejor de Lucía era su sonrisa. Incluso más que aquellas frases que soltaba, que bien podían formar parte de un libro de autoayuda y a su vez de autodestrucción, dependiendo siempre de tu estado de ánimo. Su sonrisa era casa, rescate, tregua y paz. Su sonrisa era orgasmo y trinchera, habitación con vistas, primavera al fondo del pasillo, verano en las costillas. Te juro que era capaz de quitarte hasta el dolor de cabeza. Y su efecto era más rápido, mucho más, que un alprazolam bajo la lengua. Hoy estaba allí escribiendo, bueno en realidad, estaba el folio mirándome a mí y yo a él. Un folio en blanco es lo más parecido que puedes encontrar a un espejo. Sobre todo si eres un puto escritor frustrado. Aún quemaba el café cuando Paula se sentó en la mesa más próxima. Si existiera un ranking en el barrio de masturbaciones masculinas, Paula le llevaría tanta ventaja a la segunda, que de esta nadie sabría ni el nombre. Siempre parecía que se había escapado de una película erótica. No porno. Tenía más clase que eso. No era una cuestión de garganta profunda, de culo en pompa, de un intrépido facial, o un facesitting hasta la asfixia. No tenía nada que ver con grilletes o fustas, ni con condones de sabores, no era fetichismo ni morbo, era simplemente deseo. Cómo un oasis en el desierto, una tienda de chucherías al lado de un colegio, una farmacia de guardia una noche de crisis existencial. He notado sus ojos buscando los míos, luego su mirada ha invadido el papel aún vacío y no he tenido más remedio que comenzar a escribir palabras al azar. "Intuición" "Destino" "Casualidad". Sus piernas cruzadas mientras su bota derecha dibujaba en el aire algo similar a mi nombre. "Melodía" "Galaxia" "Maremoto". Paula es morena, el pelo negro como un funeral, la boca amplia como un sí quiero delante de un cura. Está cerca del metro ochenta, pero si te acercas demasiado, aquella silueta se agiganta hasta tal punto que te das cuenta que si ella quisiera se podía pegar toda su vida robando estrellas. "Vértigo" "Tropiezo" "Desequilibrio". Paula es el antónimo del amor. Ella duele. Su existencia magnifica a la mujer pero a su misma vez la humilla. Su presencia enmudece a los hombres. Los pone nerviosos. Ha domado tantos leones que debe estar hasta el coño de acariciar gatitos. "Selva" "Mordisco" "Sangre"


-Siempre he tenido curiosidad, ¿Qué escribes?


Su voz ha viajado hasta mi oído, se ha parado antes de llegar y en lugar de entrar suavemente, me ha golpeado el rostro como un boxeador enfadado.


"Miente Alex, sé inteligente, elocuente, sé interesante. Sorpréndela. Una miga de pan lleva a otra. No dejes que su hambre se sacie de un bocado"


-Una novela. Un intento de ella. Pero estoy bloqueado. Últimamente siempre estoy bloqueado.


-¿Cómo se llama ella? La protagonista me refiero.


"No tienes huevos de decir su nombre. No eres capaz. Su nombre la haría sonreír. Sé capaz. Sé valiente. Sé otro diferente a ti. Una puta vez Alex, una puta vez.


-Martina. Me he limitado a responder.


-¿Y existe? ¿Es real esa Martina?


”No, no existe, pero si lo hiciera se debería parecer a ti. De hecho sería tan sencillo que fueras tú. La inspiración vendría sin buscarla. Debe ser tan fácil ser escritor solo mirándote"


-Es una mezcla de varias personas que han pasado por mi vida. 


-Un puzzle de fracasos. Ha soltado después de un sorbo a su café.


-No, ahí te equivocas, depende mucho de la perspectiva, pero alguna de ellas, con solo el hecho de tenerlas cerca una sola vez ya las puedo considerar un éxito. He confesado en un alarde de sinceridad. Recordando a cierta chica claro.


-¿Y yo estoy lo suficientemente cerca?


Joder es lunes y ella es Paula. No puede suceder. Debo estar dentro de una especie de fantasía creada por mi necesidad. Entiendo que solo juega. Hace tres meses que una mujer no me dedica atención y de repente ella. Ella precisamente que podía aleatoriamente señalar con el dedo a la persona que quisiera y dicha perdona lamer el suelo que pisa.Y me señala a mí, no solo con el dedo, también con los ojos, también con las palabras.


-Todavía no. He respondido.


"Emoción" "Cima" "Catástrofe"


Ha sonreído. Y ha matado todas las lágrimas del futuro más próximo.


-¿Sabes qué nunca nadie me ha escrito un poema?


"Mírate el espejo Paula. Tu belleza es como intentar atrapar un relámpago con los dientes, como procurar que una ola no muera en la orilla. No se puede encender un mechero y hablar del sol" 


-Supongo que simplemente no has dado con un hombre que escriba. He dicho en un tono conciliador.


-¿Y ahora?


-¿Ahora qué?


-He dado con un hombre que escribe.


De repente he cabido en la palma de su mano. Es posible que si hubiera soltado un suspiro, me hubiera hecho volar lejos de allí.


-Me han hecho sesiones de fotos, me han pintado de varias maneras, pero jamás me he mirado en palabras. La verdad es que me haría mucha ilusión.


"Venga Alex, ¿qué esperas? ¿No querías una musa?  Están lloviendo versos y has abierto el paraguas. Puto cobarde"


-Supongo que podría intentarlo. Pero dudo que pueda sorprenderte. El problema real del vértigo, no es el miedo a las alturas, es el pánico a no estarlo.


-La cima te lo digo por experiencia propia, está sobrevalorada. Lo he pasado mejor en los primeros escalones del suburbio más sucio, que en el ático de algún hotel de cinco estrellas. Pero no quiero ponerte en ningún compromiso, de hecho, incluso te pido disculpas por la osadía. 


-No te preocupes. He dicho torpemente.


-Mi descanso es sobre esta hora por si necesitas inspiración o algo. Ha dicho y luego se ha marchado. Como si nada de aquello hubiera existido realmente.


"Poema" "Poesía" "Paula"


El café estaba frío. Lucía se ha acercado a mi mesa.


-Vaya cara joder. Pero te entiendo, si alguna vez en mi vida he puesto en duda mi sexualidad ha sido por su culpa. 


-Me ha pedido un poema. Le he dicho.


-Puede follar con el hombre que ella quiera pero se le antoja un poema. ¿Y qué vas a hacer?


-Un ron, por favor.


-Son las once Alex. Y es lunes.


-Ya por eso. Porque son las once precisamente. Y porque es lunes.


-Tú mandas cariño. Ha respondido.


"Deseo" "Deseo" "Deseo"


He apartado la hoja con cierta crueldad.


Y luego he vuelto al espejo del folio en blanco

jueves, 8 de diciembre de 2022

EN ALGÚN LUGAR DE MIS SUEÑOS

 1- Para escapar del laberinto, primero tienes que besar a la chica, pero para besar a la chica, tienes que matar al dragón. Y los dragones no existen.


08-11-22

Ha pasado el día, como si hubiera caminado por el interior de un laberinto. Sabiendo que hiciera lo que hiciera no hallaría una salida. Esto también lo marca mi pereza, mi pereza es mucho más enorme que mis sueños. Probablemente mi pereza sea realmente el laberinto. Es el pecado capital que predomina en mi ser. A veces la lujuria lo llega a rebasar pero ella a su lado es efímera. Cómo un salto al vacío.  Lo más cerca de la lujuria que he estado hoy, ha sido en un tímido e involuntario roce de mano con la cajera del súper, justo cuando iba a recoger el cambio. Ojalá se hubiera equivocado en la resta y su suavidad hubiera vuelto a mí una sola vez más. Pero no. Fuera llueve, también hace viento. He sonreído por la torpeza de un hombre en una lucha absurda por no mojarse. No sólo ha perdido la guerra, también el paraguas. Me ha mirado con odio mientras he pasado por su lado sin ni siquiera sortear los charcos. La lluvia casi siempre me ha recordado a cierta chica y sinceramente además de tarde, me resulta una cobardía escapar de ella. En casa, el laberinto empequeñece, pero no lo suficiente como para escapar de él. He visto su perfil, últimamente cambia de frase y de imagen cada dos o tres días. Tengo la soberbia limitada pero mentiría si dijera que no me apropio de sus palabras y me creo por instantes su única dirección posible. También en sus fotos pienso que lo hace solamente para que yo la mire, para que yo la encuentre, para la que eche de menos. Según van transcurriendo los minutos voy pasando de la seguridad a la duda y de la duda a la negación. En lo que dura un cigarro mi soberbia se evapora y deja muy sumisamente que el mérito se lo lleve cualquiera. Cualquiera menos yo. Me he duchado, apenas tres minutos debajo del agua templada, he evitado el espejo como siempre, lejos de ciertos ojos nunca he conseguido ser guapo, he preparado un triste bocadillo, que me miraba con más hambre él a mí que yo a él.  Luego he abierto un libro ya leído, por una página al azar y he vuelto a otros momentos de mi vida. He puesto la alarma y he cerrado los ojos. Y creo que allí te he esperado, en los sueños. Al final es al único lugar al que sueles venir de vez en cuando. Y me he dormido.

PERDÓN POR LA MÚSICA

 "El día que las canciones no hablen de mí lo habrás conseguido"


Así era ella. Hablaba del olvido como si fuera parte de una melodía. Es posible que realmente no tuviera constancia de su poder, que el espejo le mintiera vilmente y que pudiera considerar, aunque fuera remotamente, que el olvido en algún momento pudiera acompañar a su nombre en una misma frase. 


Obviamente no tuvo éxito. Es posible, incluso más que posible y pueda corroborar que en alguna canción ella no haya sido protagonista. Y por ejemplo Sabina me trajera muy de vez en cuando a Elsa a la boca. Que el Robe, cuando no se creía dios y a su vez besaba en la boca al diablo, pusiera en sus letras los muslos cálidos de Irene. Que la tristeza infinita de Ismael Serrano, le arrancara las alas a todas las mariposas que cierta chica pelirroja hizo volar en mi pecho, aquel año bisiesto que aún tengo tatuado en las muñecas. Ferreiro le pintó de violeta a Laura los vellos del pubis. Chaouen le quitó los tacones a aquellas diosas nocturnas para que el amor no tuviera coartadas. Cómo ignorar a Pons y los pechos inocentes de Beatriz, bailando al ritmo de mis pestañas.  


La música querida, podría decirte ahora, no era más que polvo sobre tu recuerdo. No era necesario que fueras la actriz, para ser la dueña de los acordes. Si algo me marcó, si a algo conseguí acostumbrarme fue al adiós. Una vez que lo pronunciaron tus labios, eran posibles en cualquiera. Tengo la certeza de que al saborear la derrota tan pronto, el resto de pérdidas, ni siquiera fueron consideradas fracasos. Se cerraba una puerta y se abría otra. Se apagaba una luz y comenzaba el brillo en otros ojos. Es complicado dentro de una oscuridad saber cuándo ha llegado la noche. Alguna vez al recordar tu frase, al comprobar que dejabas de venir con el ritmo o la letra, me invadía una extraña nostalgia. Supongo que nunca estuve preparado para el olvido si se trataba de ti. Y aunque realmente ello no sucedía del todo, si sentía la culpa absurda de haberlo conseguido. Incluso durante unos años, dejé de planear lo que pudimos haber sido para ser otro con cualquiera. Y hasta es cierto que fui feliz. Que en cierto modo conseguí el bendito eclipse de luna. Pero ambos sabemos que por muy grande que sea el eclipse, la luna sigue ahí, debajo, detrás, esperando. Y así fue, así ha sido siempre. Has vuelto tantas veces que es increíble que solamente te fueras una. 


No me culpo por la osadía ingrata de mi indiferencia. Por los sueños ajenos a aquella casa con vistas al mar que nunca tuvimos. Sabes, cuándo hablabas de ello, de esas vistas, yo imaginaba el mar en tu boca y jamás en el horizonte. No puedo reprocharme haber seguido sin ti, sin la pequeña Ariadna jugando en un columpio en el jardín, de todos modos tampoco tuvimos ni Ariadna ni jardín. Solo teníamos futuro. Y ahí si puedo maldecirme. A mí y a él. Pero ya es tarde querida. Y aunque puede que te olvidara en algunas canciones, te aseguro, te prometo, que después de ti la vida, nunca más me ha parecido un baile.

martes, 6 de diciembre de 2022

DESOBEDIENCIA



No vuelvas.

No se te ocurra un regreso.

Murió la primavera,

no marchitó,

fue muerte, 

el verano pasó de largo,

te juro que parecía un avión,

un cometa,

una puta estrella fugaz.

No vayas a venir,

ya no te espero.

Tampoco las flores de la terraza,

echan de menos tu pulso,

ni tu voz,

ni tu risa.

A pecas el gato que te maullaba

desde el otro lado de la calle

lo atropelló un coche.

Fue una muerte rápida,

no sufrió.

Los hay que tienen suerte.

No se te ocurra una excusa

cuando abra la puerta.

Tampoco un escote,

ni tacones rojos,

ni el vestido azul.

No se te ocurra un poema

ahí en la entrada de casa,

sin ni siquiera abrir la boca.

Ya les dije a Héctor, a Guzmán, a Víctor,

ya le conté al mar, 

a los árboles del parque,

al bordillo de la acera.

A mamá no le dije nada,

ella siempre sabe.

Ella dijo solamente,

que cuando te dieras cuenta volverías.

Pero no te des cuenta.

Hay algo peor que no llegar nunca

y es llegar tarde.

Y aquí son las tantas.

Siempre son las tantas desde entonces.

No vuelvas ahora que la almohada

está huérfana de tu perfume,

que la chica rubia de la cafetería

me llama por mi nombre,

que me saluda Martina,

que puedo poner mi música,

colocar tus libros en la tercera fila

y tus pelos no visitan el lavabo.

Sí lo reconozco, él también está triste.

No consideres un regreso,

una huida,

un giro en el camino.

Ya no hay atajos a mi piel.

Ya no hay senderos a la herida.

Cuando todo es dolor ya nada duele.

Es como la felicidad sabes por qué

pero no cuánto.

Tiene que pasar el tiempo

para que el cálculo sea realista.

Y toda mi realidad está a tu nombre.

Cómo un pasado maldito.

Cómo un presente vacío.

Cómo un futuro impreciso.


Así que no, no vuelvas,

ni se te ocurra.

Y ojalá otra vez como siempre,

no me hagas caso.






lunes, 26 de septiembre de 2022

BLANCO PROFUNDO


Nunca creyó en la magia. Ni me habló de ella. De hecho solamente una vez la puso en práctica. Fue el truco ese de que al contar hasta diez desaparecía. Y lo hizo bien, muy bien. Tan bien, que todavía no ha vuelto.


lunes, 19 de septiembre de 2022

GRIS AUSENCIA



Ya no corren unicornios por tu espalda desnuda,

recuerdo tu mueca cuando te dije:

-En París también se ponen los cuernos.

No sabes cuántas torres Eiffel hice

con mis propias manos en tu ausencia,

cuantas noches pasé por el arco del triunfo

para decir tu nombre antes del orgasmo,

para volver al fracaso después de tenerlo.


Ya no rompen las olas contra tus ojos de gata.

-Venecia es cualquier ciudad después de la lluvia.

No te haces una idea cuantos gondoleros

he matado a puñetazos después de perderte,

ni lo difícil que es hacer un charco

con tus propias lágrimas.

Dicen que lo peor del naufragio, es la distancia

que hay desde el accidente a la orilla.

Lo que no mencionan es que la orilla,

es una persona.

Que hacer pie no es una cuestión de altura

ni de profundidad,

sino de compañía.

Que ahogarse además de no poder respirar,

también son las desganas de conseguirlo.


Ya no le ladran los perros a la sombra que olvidaste.

Es como si hubieran dejado de verte.

Ya no hay aviso de un regreso.

No asoma la esperanza,

es todo ruido

y luego un silencio insoportable.

-Atenas es lo que queda después de una guerra-

Todavía pequeña caen bombas desde el otro lado,

a veces recojo mi cadáver,

otras lo dejo abandonado en mitad de la nada,

luego me lanzo al alprazolam y medio existo.

También he aprendido a beber ron solo,

no me refiero a sin nada,

me refiero a sin nadie.

Estar sin ti es eso, estar sin nadie

y da igual cuanto bullicio me flote alrededor.


Ya no te sueñan los maniquíes de las tiendas de mi calle.

-Nueva York es una mentira de Hollywood,

Praga es una anciana pidiendo la eutanasia,

Roma una moneda lanzada a un mendigo,

Madrid se parece tanto al olvido

que ni siquiera lo recuerdo-

También amanece lejos de tu boca,

se me eriza la piel con alguna canción,

he visto mujeres que se parecen tanto a ti,

que no eras tú de milagro.

Casi siempre espero un milagro.

-¿Te acuerdas cuando rezaba entre tus muslos?

Aparecía dios como si fuera posible.

No he vuelto a verlo desde entonces.


Ya no soplo las velas, 

te juro que es por vergüenza a pedir

otra vez el mismo deseo.

-En Berna hace tanto frío

como despertar sin ti.

Berlín es como lanzarse de espaldas

y que nadie te recoja.

Y Tokio, joder Tokio es como ir al futuro

y notar de repente que tampoco estás ahí-


Supongo que la única ciudad bonita

que queda en el mundo eres tú.

Y no sé cómo volver cariño,

ni sé cómo quedarme.




viernes, 13 de mayo de 2022

VERDE TREGUA



Caminaré descalzo hacía a ti,

para reconocer mis huellas

si tengo que volver.

Te pediré disculpas

como quien pide un cigarro.

Es tan aburrido dejar de fumar.

Es como decirle a la vida

-Vale tendré cuidado.

Yo no quiero tener cuidado.

Es tan aburrido tener cuidado.

Lo bonito de los abismos

es que luego no hay nada.

Quiero decir que está el paisaje

pero después del paisaje,

una vez entras en él,

formas parte de él,

no hay nada.

Si no me crees lánzate,

verás que no te miento.

Yo nunca te miento,

por eso te quiero,

porque te puedo decir la verdad

sea cual sea.

La verdad nos hará libres.

Aunque sinceramente,

tampoco me importaría

que me hiciera esclavo,

si tú tienes las llaves

de las esposas.


No importa si no me perdonas,

prefiero dolerte a que me olvides.

Olvidar es tan aburrido.

Tan cruel,

como arrancarle páginas a los libros.

Antes de saber 

si era mejor contarte secretos o lunares

ya había perdido el equilibrio.

Caer es tan aburrido si no me recoges.

La mayoría de los que le tienen

pánico al silencio

acaban rodeándose de imbéciles.

Los imbéciles nunca se callan

por eso yo hablo poco 

para no parecerlo.

Cuando te vi con él

no fue odio,

en serio,

fue como si una parte de mí

se fuera con vosotros calle abajo.

Ya nunca fui el mismo

y ustedes sois tres.

Aunque no lo sepáis.


Te pedí perdón,

como quien dice te amo en una discoteca.

Bailar es tan aburrido

sin caerse.

Tú no podías entenderlo,

tú querías llevar el ritmo,

saberte la canción,

tararearla.

Yo solo te miraba.

Mi canción favorita eras tú bailando.

Ni siquiera era una cuestión de música.

Yo siempre me había referido a la vida.

Pero para ti la vida era otra cosa

y no yo.

Cuando no supe el lugar donde debía correrme

me di cuenta que te estaba amando.

Cuando el sexo, dentro del sexo, 

se acercaba tanto al amor

tuve miedo.

El miedo es tan aburrido

si tú no eres el monstruo.

Aunque hubieras tenido

las soluciones al dorso

como un libro de crucigramas,

no se me hubiera ocurrido mirarlas.

Acertar es tan aburrido.

A mi me gusta equivocarme,

tropezar,

fallar.

No era una cuestión de aprender de los errores

era la magia de ignorar el error

y seguir adelante.

¿Qué ibamos a hacer entonces con los defectos

cuando ya nos conociéramos 

con los ojos cerrados?

Los matrimonios no fracasan por la rutina,

lo hacen por lo errores.

De los errores no se aprende,

se aprende de dejarlos a un lado

y seguir caminando hacía adelante.


Descalzo para reconocer tus huellas

si tienes que volver.

Como ahora.

Con un cigarro en la mano

y tú bailando en mi cabeza.

Te pedí perdón

pero aunque nunca vayas a creerme,

yo solo quería volar.

Pero olvidé que sin ti

ya no tenía alas.

Lo bonito del abismo

es que una vez formas parte de él

ya no hay nada.

Si no me crees lánzate.


Te juro que te estoy esperando abajo.

lunes, 9 de mayo de 2022

TOKIO

 Podría haber salido el arcoiris que yo, no hubiera visto más que el verde de tus ojos. Recuerdo que era abril. Yo había dejado de cumplir años para no molestar a mis padres y a ti, te habían crecido las tetas más allá de la cordura. Quince años amor, eso teníamos. El número de la suerte, la niña bonita, impar, dulce e inocente. Ahí cabían todas las promesas. Seguramente yo dije un para siempre después de un beso. Y tú le pusiste nombre a nuestra primera hija, antes de la quinta despedida. Nunca fue tan cómodo un banco de piedra. Nunca una canción superó tu risa. Nunca me tembló tanto el alma, como cuando atravesé por debajo de tu blusa, aquel acantilado de tu pecho. Luego la vida se nos hizo grande, dejamos el amor aparcado y pensamos que la felicidad, no podía depender del otro, sino de uno mismo. Nos equivocamos. No hemos dejado nunca de equivocarnos pero supongo que ningún error duele igual que el primero. Quince años, tú con aquellas pecas diminutas cayendo por tus pómulos como una lluvia de verano. Yo con aquellos lunares en la espalda por donde tú dedo dibujaba galaxias que nadie más descubriría después de ti. Obviamente no fue para siempre y tu hija, no tiene ni una sola de mis facciones, tampoco lunares, ni siquiera se llama como prometiste. Hemos coincidido en un evento, nos hemos mirado, creo que ambos sin ningún éxito hemos intentado volver a cumplir quince, mientras tú pedías ginebra y yo un ron. Hemos mentido sobre la salud, nos hemos sincerado sobre el olvido.Como sí lo cotidiano fuera maravilloso, hemos sonreído para que ninguno dudara de la felicidad del otro. Ojalá hubiéramos sido tan valientes de abandonar la edad y sobre aquella barra dejar a los niños que fuimos, dos niños negándose a crecer, hablando del amor, como lo que pensábamos que sería, no como finalmente acabó siendo. Pero era tarde. Creo firmemente que la única vez en mi vida que llegué pronto a algún sitio, fue a tus labios. Demasiado pronto tal vez. Luego en la terraza mientras fumaba, el horizonte a los lejos ha dibujado un arcoiris y yo otra vez, solo he visto el verde de tus ojos. Y luego, luego creo que ha llovido.


lunes, 25 de abril de 2022

ISLAMABAD

 


Hace tiempo que no hablo de ti, supongo que lo más similar al olvido es el silencio. Que no nombrarte, es como si no hubieras existido. Sin embargo a veces, apareces por aquí como un fantasma, no solamente evocando el pasado, tambien haciéndole trampas al futuro. Te pones frente a mí e inventas senderos con todo aquello que no ocurrió. Yo los transito muy despacio, a veces incluso me detengo en mitad de un camino y observo nuestra risa detenida en el tiempo. De algún modo vivo dentro del imposible, mientras tú eliges con desición el color de las cortinas. Tu fantasma no solo se alimenta de la nostalgia, también siembra de dudas el paisaje.  En cada tal vez, una herida del tamaño de tu nombre me sangra por dentro.  No fuimos cobardes, había que ser muy valiente para dejar tanto amor aparcado y seguir con nuestras vidas, como si los fantasmas no existiesen. Como si el café no se enfriase. Como si bastara con una ola rebasando tu nombre para lamer otra orilla.  No fuimos cobardes, solamente estábamos llenos de ignorancia. No, el tiempo no lo cura todo. Vimos iluminada la salida del laberinto y creímos que habíamos conseguido escapar. No supimos descifrar que aquella puerta, nos llevaba a otra y esa a la siguiente. La realidad es que solo nos sentimos perdidos de verdad, cuando dejamos de encontrarnos. El laberinto lo teníamos dentro y la salida, la única, estaba escondida en nuestra piel. Pero no bastaba con tocarla, la piel también tiene memoria y es ella, la que mientras yo callo, te nombra, te grita, te llama. Y por eso aparecen los fantasmas. Por eso dibujan encima de los garabatos que hemos ido creando con nuestra ausencia, la vida que no supimos tener. Porque aunque no fuimos cobardes, si nos faltó la certeza de saber, que el único modo de avanzar era juntos. Que de cualquier otro modo, volveríamos alguna vez al pasado, para que nos asaltaran las preguntas más difíciles de contestar. Esas en la cuáles los dos siempre supimos la respuesta. Pero en lugar de decirlas nos callamos. Como si bastara el silencio. Como si existiera el olvido.

martes, 19 de abril de 2022

AZUL UNICORNIO

 Hoy te hablaré del ego cariño,

ni de las esquinas dobladas de los folios,

ni del matorral que crece sin permiso

detrás de la casa donde vives.

No te hablaré de Natalia que fumaba

dos paquetes de tabaco al día

porque le faltaban sus besos.

Natalia no murió de cáncer, 

falleció de amor

pero explícale tú eso a cualquier médico de cabecera.

Sobre todo te hablaré del ego.

El ego querida, es un espejo mentiroso,

un amigo de verdad,

un exnovio con nostalgia.

Recuerdo cuando miss universo

dijo en una revista

que la belleza estaba en el interior

 te juro por mi vida, que pensaba

que se iba a desnudar en la siguiente página

pero no, la hija de puta lo decía en serio.

Del silencio solo puedo declarar

que solamente ha conseguido inquietarme

cuando eras tú la que no hablabas.

Pero hoy únicamente te hablaré del ego,

ni de los bordillos donde tropiezan mis sueños,

ni del verbo capaz de detener tu reloj de pulsera.

El ego no es sinónimo de maniquí,

tampoco sale en los anuncios de perfume,

no habita en las canciones de moda,

ni siquiera se compra en una clínica

donde te moldean al gusto

del consumo más básico.

El ego querida, es un poema donde cabe tu nombre,

una báscula que no entiende de números,

una sombra que te lame la piel.

El ego preciosa, es ese amor propio,

que se convierte en mutuo,

no porque te falte para quererte

sino porque te sobra para ofrecerlo.

Mamá decía que la felicidad era un lugar,

ni un instante,

ni una risa,

ni besos,

ni dinero,

ni siquiera paz.

Un lugar repetía

yo no lo entendí hasta que te tuve cerca

y supe que ese lugar era contigo.

Del ego, ni de esta persecución

absurda de lunares,

ni que lo mejor del café del bar de enfrente

es la figura desconcertante de la camarera.

De la esperanza solo puedo declarar

que es una mujer sin bragas a la que el viento

jamás tiene fuerza para levantarle el vestido.

El ego ¿Te acuerdas?

Tú de rodillas y yo gimiendo,

 o tu sentada en el barranco de mi barbilla

manejando las olas,

como si además de mujer

también fueras una isla.

Como si además de naufragio,

también fueras el rescate.

¿Te acuerdas?

Tú eligiendo el color de mis camisas

para que jugara con el de tus zapatos,

tú pidiendo otra copa

y yo esperando besarte

para que el vodka

nos supiera más dulce.

No mencionaré nada sobre lo sencillo

que es pedir perdón para los hijos de puta,

tampoco sobre lo inútil de la venganza

si no hay una risa de por medio,

ni siquiera de aquel ramo de flores

que nunca te regalé

por si la primavera

me odiaba por dejarla marchitar

en un jarrón con agua de grifo.

¿Te acuerdas? Tú observando la capilla sixtina

y yo tu culo.

Tu perdida en las calles de Oslo

y yo en tu vientre.

Tú pidiendo un taxi

y yo disculpas.

Sobre la guerra solo puedo declarar,

que un portazo es un tiro,

un insulto una bomba,

un bostezo la muerte.

Solo del ego. 

Y si algún día me lo devuelves

también hablaré de ti.

Y de nosotros.



lunes, 21 de marzo de 2022

CARACAS

 Es el día mundial de la poesía, así que escribiré una prosa. Por llevar la contraria, porque ni siquiera tengo nada que contar, a pesar de que es lunes. Es cierto, que uno vive mejor sin deudas, pero joder, que bonito sería deberte algo. Aunque fuera por el simple hecho de que tú lo esperaras. Ya luego, cumplirlo o no, queda relegado al futuro. Es lunes, día de la poesía y ni siquiera te debo un verso. Tampoco ya me lo inspiras. No es culpa tuya, la vida nos ha pasado por encima, la vida ha sido un tren, que ni siquiera esperábamos. Tú no estabas en la estación y yo ni siquiera pensaba que había una. Así que el tren, la vida, ha seguido su camino, yo a veces te recuerdo, tú casi siempre me olvidas. Pero estoy seguro de que igual que nuestro amor en cierto momento fue mutuo, la indiferencia ahora también lo es. Claro que siempre quedará alguna pregunta por ahí volando, de la cual, no hallaremos jamás una respuesta. ¿Qué hubiera ocurrido si…? Tendremos la oportunidad de volver al momento en el cual decidimos de mutuo acuerdo y sin usar ni una sola palabra, coger el camino opuesto. Es lo bueno y lo malo de la duda. Igual es la herida que te duele, que la mano que la sana. Volver al pasado para hacer que la imaginación nos junte y una vez ahí, hacer todo aquello que dejamos a medias. A ti por ejemplo te puede dar por hacer conmigo un viaje a Bratislava y yo más romántico puedo idear el modo de comerte las tetas hasta el próximo eclipse de luna. Tú puedes llevarme a la cala de una playa que todavía no han descubierto los turistas y yo, más realista, conseguir que tengas un orgasmo simplemente diciéndote palabras al oído. Podemos amarnos aún, o sea amar aquello que fuimos, no en esto en lo que nos hemos convertido. Yo en cierto modo te quiero todavía, aunque para hacerlo me tenga que remontar a aquella época, no obstante, aunque ya no seas ella, fuiste tú e imagino, que algo de aquella mujer que me prestaba sus ojos para que me viera guapo, debe quedar al fondo de tu pecho. Que si te vas quitando piel, una capa, luego otra, aparece aquella versión de ti, de la que siempre, he acabado sostenido, como si tuviera una soga al cuello, sin que la asfixia nunca me mate, pero recordando que respirar sin ti, no era lo mismo que contigo. A veces confieso que vienes a mi cabeza como una revolución, casi siempre es la música la que te trae y también es ella la que te lleva. Me pillas de sorpresa en alguna letra y me besas suavemente, al irte, no solamente te vas tú, también te llevas el beso. Como si fuera el único modo de regresar en otra canción. Todavía en un rincón de mi memoria, observas el horizonte en aquella foto, con esa mirada confusa de la que habías perdido algo. Recuerdo que siempre pensé que esa imagen se torcería al verme llegar. Que de repente una sonrisa lo iluminaría todo porque ya me habías encontrado. Pero no, la realidad es que mantienes la misma pose, el mismo rostro bello, con el pelo al viento y los ojos perdidos, no como si yo no hubiera sido lo que esperabas, más bien, como si tú, no hubieras sido la que querías ser. Feliz, al fin y al cabo, siempre se ha tratado de eso, de ser feliz. Yo sigo en el camino de intentarlo, espero que tú, hayas tenido más suerte. Y que alguna vez, una canción ponga mi nombre en tus labios y luego lo dejes ir, como si todavía te debiera un verso. No sabes lo bonito que sería deberte algo, hoy que es el día de la poesía y que es lunes y yo escribo una prosa, aunque solo sea por el simple hecho de llevarnos la contraria.


jueves, 17 de marzo de 2022

ROJO AGUA

No sé cuántas estrellas fugaces son necesarias

para cumplir un deseo,

ni cuánto amor es capaz de soportar un gato.

Desconozco a qué velocidad debe viajar el viento

para que tu falda se convierta en bandera de mi vida,

o a qué ritmo crece la hierba del jardín de tu casa.

Sé en cambio que cuando te ríes

daría más de lo que tengo por ser el culpable,

o que el lunar de tu cuello parece una isla

donde náufrago a conciencia.

Sé que hay doscientos cuarenta y siete pasos

desde mi hogar a tu timbre,

y que a tu perro todavía no le gusta mi aspecto.


Ignoro cuántas lágrimas son necesarias

para llenar un vaso de agua,

con cuántos besos sinceros

se contenta una madre,

desconozco a qué hora un poema

puede recitarse en voz alta,

o qué mentira usar si tu nombre

se me escapa mientras duermo.

Sin embargo sé que tu vientre 

se parece al paraíso,

que no pospones la alarma,

que nunca sueñas con hombres,

que tienes cuando caminas

el ritmo tan aprendido

que he inventado canciones

desde tus pies a tu nuca.

Y a veces las tarareo hasta que puedo olvidarte.


No tengo ni idea de cuántas mentiras

puede aguantar un matrimonio,

ni en qué garabato un mal padre

confiesa que su hijo es artista,

no puedo intuir cuánta tristeza se necesita

para ir al psicólogo,

ni si ellos al estar triste

les puede bastar un espejo.

Sé no obstante que tú treinta y siete

decoraría el alma de cualquier orilla

que has dejado a medias la última serie,

que coleccionas orgasmos,

que cuando miras al horizonte

me gustaría ser yo quién vuelve.

Yo, que nunca me he ido.

Se que te pareces demasiado

a la actriz que aparece a menudo en mis sueños,

o que te sabes el nombre de todos tus hijos

sin haber sido madre todavía.


Te juro que ni sé ni me importa

si el destino es esto que sucede,

si eres un tren que perdí,

si llegar tarde es peor que no llegar nunca,

si la suerte hay que buscarla,

o ya la he encontrado en tus ojos.

Desconocer sin ruborizarme

si la noche empieza cuando aparece la luna,

o basta con la oscuridad de tu ausencia,

no intuir si mi nombre en tu boca,

temblaría después en mis labios,

si en el descuido de tu escote

perdería las llaves de casa,

si tendría casa después de un beso.

Si no sería el beso mi casa,

si no sería tu escote las llaves,

si no sería mi jaula tu nombre,

si no sabría temblar de otro modo,

que de este miedo atroz a perderte,

que de este odio fatal a encontrarme.


Así que no, no sé un montón de cosas importantes,

ni cómo se llaman las nuevas galaxias descubiertas,

ni cuántos cobran por risa

las putas de polígono,

ni cuántas llamadas perdidas son necesarias

para captar la indirecta,

ni qué emoticono usan los enamorados.

No sé a qué altura están las nubes,

ni la estelas de los aviones,

ni por qué tocan el arpa los ángeles

y no el piano.

Desconozco incluso si el silencio

es eso que ocurre cuando tú no hablas,

si la soledad tiene que ver con el olvido,

si la esperanza es un lugar,

si el deseo un paisaje,

si dios eres tú descruzando las piernas 

y al infierno se puede ir suspirando

desde tu piel a tu alma.


Pero sé créeme y de esto estoy seguro,

de que eres sin dudarlo la mujer de mi vida

aunque tu sin embargo ni lo sepas todavía.