lunes, 21 de marzo de 2022

CARACAS

 Es el día mundial de la poesía, así que escribiré una prosa. Por llevar la contraria, porque ni siquiera tengo nada que contar, a pesar de que es lunes. Es cierto, que uno vive mejor sin deudas, pero joder, que bonito sería deberte algo. Aunque fuera por el simple hecho de que tú lo esperaras. Ya luego, cumplirlo o no, queda relegado al futuro. Es lunes, día de la poesía y ni siquiera te debo un verso. Tampoco ya me lo inspiras. No es culpa tuya, la vida nos ha pasado por encima, la vida ha sido un tren, que ni siquiera esperábamos. Tú no estabas en la estación y yo ni siquiera pensaba que había una. Así que el tren, la vida, ha seguido su camino, yo a veces te recuerdo, tú casi siempre me olvidas. Pero estoy seguro de que igual que nuestro amor en cierto momento fue mutuo, la indiferencia ahora también lo es. Claro que siempre quedará alguna pregunta por ahí volando, de la cual, no hallaremos jamás una respuesta. ¿Qué hubiera ocurrido si…? Tendremos la oportunidad de volver al momento en el cual decidimos de mutuo acuerdo y sin usar ni una sola palabra, coger el camino opuesto. Es lo bueno y lo malo de la duda. Igual es la herida que te duele, que la mano que la sana. Volver al pasado para hacer que la imaginación nos junte y una vez ahí, hacer todo aquello que dejamos a medias. A ti por ejemplo te puede dar por hacer conmigo un viaje a Bratislava y yo más romántico puedo idear el modo de comerte las tetas hasta el próximo eclipse de luna. Tú puedes llevarme a la cala de una playa que todavía no han descubierto los turistas y yo, más realista, conseguir que tengas un orgasmo simplemente diciéndote palabras al oído. Podemos amarnos aún, o sea amar aquello que fuimos, no en esto en lo que nos hemos convertido. Yo en cierto modo te quiero todavía, aunque para hacerlo me tenga que remontar a aquella época, no obstante, aunque ya no seas ella, fuiste tú e imagino, que algo de aquella mujer que me prestaba sus ojos para que me viera guapo, debe quedar al fondo de tu pecho. Que si te vas quitando piel, una capa, luego otra, aparece aquella versión de ti, de la que siempre, he acabado sostenido, como si tuviera una soga al cuello, sin que la asfixia nunca me mate, pero recordando que respirar sin ti, no era lo mismo que contigo. A veces confieso que vienes a mi cabeza como una revolución, casi siempre es la música la que te trae y también es ella la que te lleva. Me pillas de sorpresa en alguna letra y me besas suavemente, al irte, no solamente te vas tú, también te llevas el beso. Como si fuera el único modo de regresar en otra canción. Todavía en un rincón de mi memoria, observas el horizonte en aquella foto, con esa mirada confusa de la que habías perdido algo. Recuerdo que siempre pensé que esa imagen se torcería al verme llegar. Que de repente una sonrisa lo iluminaría todo porque ya me habías encontrado. Pero no, la realidad es que mantienes la misma pose, el mismo rostro bello, con el pelo al viento y los ojos perdidos, no como si yo no hubiera sido lo que esperabas, más bien, como si tú, no hubieras sido la que querías ser. Feliz, al fin y al cabo, siempre se ha tratado de eso, de ser feliz. Yo sigo en el camino de intentarlo, espero que tú, hayas tenido más suerte. Y que alguna vez, una canción ponga mi nombre en tus labios y luego lo dejes ir, como si todavía te debiera un verso. No sabes lo bonito que sería deberte algo, hoy que es el día de la poesía y que es lunes y yo escribo una prosa, aunque solo sea por el simple hecho de llevarnos la contraria.


5 comentarios:

Unknown dijo...

Tenía que ser un luner. Hermoso💜

La niña musical dijo...

Es curioso, o no, que a estas alturas te lea y mi ego me susurre al oído que tal vez esa chica a la que escribes una prosa en Lunes soy yo. Después aparece mi parte realista con maza de acero y me parte en añicos la pompa de cristal.
Siempre quedan deudas pendientes, a veces son con uno mismo, yo las tengo e intento enmendarlas escribiendo,es la forma que tienen de hacerlo los poetas , y los cobardes. Yo tengo más de lo segundo que de lo primero.
Haciendo caso a la voz de mi ego te diré que sigo siendo la misma debajo de estas capas de piel, con algunas arruguitas más debajo de los ojos y el culo menos platónico. Pero sigue corriendo sangre rosa por mis venas y sí, sigo mirando el mar esperando un milagro.
Mi parte realista me dice que ya no somos más que poemas olvidados y que han pasado muchas y mejores Lauras después de mí, que no soy más que una huella en la arena que hace años borraron las olas.
Y yo, aquí ahora, sentada en un café de Madrid, al calor de una copa de vino, te digo que no importa quienes fuimos y quienes somos, para mí lo que importa es es siempre seremos.

PD. Me sigues debiendo Lunes

Cabrónidas dijo...

Nada permance.

Anónimo dijo...

Simplemente hermoso!!

Anónimo dijo...

Eres tan oportuno. Justo cuando te necesitaba (trato de venir todos los lunes) me doy cuenta que volviste. Gracias.