Caminaré descalzo hacía a ti,
para reconocer mis huellas
si tengo que volver.
Te pediré disculpas
como quien pide un cigarro.
Es tan aburrido dejar de fumar.
Es como decirle a la vida
-Vale tendré cuidado.
Yo no quiero tener cuidado.
Es tan aburrido tener cuidado.
Lo bonito de los abismos
es que luego no hay nada.
Quiero decir que está el paisaje
pero después del paisaje,
una vez entras en él,
formas parte de él,
no hay nada.
Si no me crees lánzate,
verás que no te miento.
Yo nunca te miento,
por eso te quiero,
porque te puedo decir la verdad
sea cual sea.
La verdad nos hará libres.
Aunque sinceramente,
tampoco me importaría
que me hiciera esclavo,
si tú tienes las llaves
de las esposas.
No importa si no me perdonas,
prefiero dolerte a que me olvides.
Olvidar es tan aburrido.
Tan cruel,
como arrancarle páginas a los libros.
Antes de saber
si era mejor contarte secretos o lunares
ya había perdido el equilibrio.
Caer es tan aburrido si no me recoges.
La mayoría de los que le tienen
pánico al silencio
acaban rodeándose de imbéciles.
Los imbéciles nunca se callan
por eso yo hablo poco
para no parecerlo.
Cuando te vi con él
no fue odio,
en serio,
fue como si una parte de mí
se fuera con vosotros calle abajo.
Ya nunca fui el mismo
y ustedes sois tres.
Aunque no lo sepáis.
Te pedí perdón,
como quien dice te amo en una discoteca.
Bailar es tan aburrido
sin caerse.
Tú no podías entenderlo,
tú querías llevar el ritmo,
saberte la canción,
tararearla.
Yo solo te miraba.
Mi canción favorita eras tú bailando.
Ni siquiera era una cuestión de música.
Yo siempre me había referido a la vida.
Pero para ti la vida era otra cosa
y no yo.
Cuando no supe el lugar donde debía correrme
me di cuenta que te estaba amando.
Cuando el sexo, dentro del sexo,
se acercaba tanto al amor
tuve miedo.
El miedo es tan aburrido
si tú no eres el monstruo.
Aunque hubieras tenido
las soluciones al dorso
como un libro de crucigramas,
no se me hubiera ocurrido mirarlas.
Acertar es tan aburrido.
A mi me gusta equivocarme,
tropezar,
fallar.
No era una cuestión de aprender de los errores
era la magia de ignorar el error
y seguir adelante.
¿Qué ibamos a hacer entonces con los defectos
cuando ya nos conociéramos
con los ojos cerrados?
Los matrimonios no fracasan por la rutina,
lo hacen por lo errores.
De los errores no se aprende,
se aprende de dejarlos a un lado
y seguir caminando hacía adelante.
Descalzo para reconocer tus huellas
si tienes que volver.
Como ahora.
Con un cigarro en la mano
y tú bailando en mi cabeza.
Te pedí perdón
pero aunque nunca vayas a creerme,
yo solo quería volar.
Pero olvidé que sin ti
ya no tenía alas.
Lo bonito del abismo
es que una vez formas parte de él
ya no hay nada.
Si no me crees lánzate.
Te juro que te estoy esperando abajo.
11 comentarios:
Un poema que como los anteriores te hacen pensar, te llevan al pasado, te lanzan al futuro y te hacen plantear las posibilidades
TODO ES PERFECTO
Siguiendo tus letras desde el 2013. Jamás decepcionan! Jamás dejes de escribir!
Exageradamente, adorable.
Cómo dejar pasar tal contundencia de poema, poema que pertenece al paisaje, y nos haces formar parte de el.
Grande, señor Ernesto.
Llevo años leyendo tus poemas, ojalá no dejes de escribir nunca tan bonito.
Escribes precioso, gracias por compartirlo
Creo que hace más de diez años que te leo y siempre siento algo.
Un chico que me gustaba me enseñó de ti. No sé a cuál de los dos quise más.
Me pasa llevo años leyéndolo y sigo amándolo
Este poema es una maravilla, cada que tengo oportunidad, vengo a buscarlo.
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