¿ Te acuerdas cuando yo estaba duro
y tú estabas buena?
Ahora a ti parece que te ha pasado
un autobús por encima
y a mí un tren.
Y sólo han sido años.
Un montón de soplidos sobre tartas
que en lugar de cumplir los deseos,
los hacían volar lejos de nuestras manos.
Y no, no nos enterró aquella vecina morena
que decía hola con el escote,
ni nos mató el masajista que te enseñó
que el punto g también estaba en la espalda.
Hemos sobrevivido a insultos y a celos,
a la droga de la rutina,
a las tardes de siesta,
a películas con el mismo final,
el mismo asesino,
la misma lágrima.
No ha podido con nosotros el fin de mes,
ni los recibos apilados sobre la mesa
ni el otra vez lentejas para comer,
ni los anuncios de la tele
donde cualquiera era más feliz
de lo que debía.
¿Te acuerdas cuando tú decías follame
y yo te hacía el amor?
Ahora nos cuesta acercarnos para darnos un beso
como si nos bastará mirarnos para sabernos.
Y no sucumbimos a los secretos,
ni la nostalgia nos robó la paciencia.
Tampoco el reloj decidió en nuestra prisa.
Cuando teníamos el presente entre las manos
el futuro nos cabía en el siguiente abrazo.
Salimos ilesos de nuestras propias guerras,
a veces fuimos rehenes
y otras el enemigo.
Éramos los mismos que firmábamos la paz
y que planeaban el siguiente ataque.
Alguna vez perdimos lo reconozco.
Pero nunca, nunca, nunca,
nos dimos por vencido.
¿Te acuerdas cuando al principio
no sabíamos que hacer con las promesas?
Y fuimos tan felices que nadie,
absolutamente nadie, apostaba por lo nuestro.
De hecho creo que ni siquiera nosotros.
Y sin embargo ya ves aquí estamos,
cumpliéndonos el para siempre.
2 comentarios:
Hermoso, como siempre ♥️
Gracias por otro lunes, Maria
Sublime
Publicar un comentario