lunes, 8 de julio de 2024

MOSCÚ

 

Supongo que si uno ve el desastre tiende a juzgar sin conocer los hechos, incluso creo que en algunos casos prefieren no saberlo, hasta a veces los inventan. Nada es más sencillo que se corra un rumor, sobre todo si dicho rumor jode a alguien. Nos alimentamos del morbo, del daño ajeno, como si pudIéramos salir ilesos del nuestro propio en una comparación odiosa. Como si hablando de lo gordo que está fulanito, nuestros kilos pasaran desapercibidos. Como si contar la falta de belleza de aquel tipo que pasaba por ahí, nuestra cara de idiota se viera menos fea. Somos malos, jodidamente malos, a veces no es más que una forma de escudarnos, otras en cambio es lo que llevamos dentro. Ninguna de las dos sirve como excusa. Y ambas hacen el mismo daño. Nos han enseñado a pedir perdón y con ello creemos que ya vale todo. Que pedir disculpas es como hacer magia. Que la jodemos pero no pasa nada porque luego decimos lo siento y todo vuelve a la normalidad. Pero una herida no se cierra con una palabra y eso que una palabra si que es capaz de abrirla. Deberíamos no juzgar con tanta alevosía los actos del otro, sin conocer cuantos demonios le están hablando al oído. Pensar que en la libertad vale absolutamente todo nos condena a ser menos libres cada vez. Nos marcan unas pautas y las seguimos para evitar que nos señalen. La oveja nunca fue negra por su color, era negra por sus actos, por no respetar a la mayoría, por ir en contra de las leyes impuestas, por elegir su camino y transitarlo lejos del carril que le habían marcado. Vemos al gordo y le gritamos con los ojos que vaya al gimnasio. Porque pensamos que su felicidad debe ser parecida a la nuestra. Porque suponemos que el espejo es que el marca la sonrisa. Vemos al calvo y le sugerimos una gorra. Al mal vestido y le imponemos una marca de ropa, ignorando que tal vez no sea más que pobreza. Juzgamos a la divorciada porque no supo mantener el amor, cuando tal vez el amor ya solo podía dárselo ella. Miramos a la soltera e imaginamos que prefiere ir de boca en boca, cuando tal vez su caso es que ha conocido tantas, que ya no se fía de ninguna. Observamos el desastre y solo destacamos los escombros. En lugar de colocar la primera piedra donde se apoyen los nuevos cimientos. Y creo que tal vez deberíamos parar la bola cuando llegue a nosotros, no dejar que siga creciendo, a veces basta con un abrazo, otras simplemente no riendo una gracia, otras censurando abiertamente a los culpables.. Porque luego cuando la bola se hace tan grande que aplasta a alguien, salimos corriendo a lavarnos las manos, no vaya a ser que cualquiera nos vea las manchas de sangre. Y tengamos que pedir perdón como nos enseñaron.

3 comentarios:

day rangel dijo...

Me encanta .. crear conciencia de algo tan simple, Me encanta que uses tus letras para hacer entender a tanta gente q aun no se da cuenta y q hablan del buling sin darse cuenta q ellos son los principales promotores … lo esencial es inviable a los ojos ..
amo los lunes ❤️

Anónimo dijo...

Hay quienes no se muerden la lengua por temor a morir envenenados. Y hay quienes las matan callando. (Al final nadie está libre de pecado).

Lunes de reflexión, Maria 😘

Anónimo dijo...

Y algunos se encierran en su mundo, volviéndose cada vez más fuertes, y con ganas de perseverar en la vida y cuando lo hacen EMPATIA 0 con los demás. Te metes en mi mente eh...Esto es la continuación de tu escrito de hoy a una situación actual que estoy viviendo en un ámbito de mi vida.
Fdo. Una brujita anónima hoy, pero no otros días.