Hace tiempo que no hablo de ti, supongo que lo más similar al olvido es el silencio. Que no nombrarte, es como si no hubieras existido. Sin embargo a veces, apareces por aquí como un fantasma, no solamente evocando el pasado, tambien haciéndole trampas al futuro. Te pones frente a mí e inventas senderos con todo aquello que no ocurrió. Yo los transito muy despacio, a veces incluso me detengo en mitad de un camino y observo nuestra risa detenida en el tiempo. De algún modo vivo dentro del imposible, mientras tú eliges con decisión el color de las cortinas. Tu fantasma no solo se alimenta de la nostalgia, también siembra de dudas el paisaje. En cada tal vez, una herida del tamaño de tu nombre me sangra por dentro. No fuimos cobardes, había que ser muy valiente para dejar tanto amor aparcado y seguir con nuestras vidas, como si los fantasmas no existiesen. Como si el café no se enfriase. Como si bastara con una ola rebasando tu nombre para lamer otra orilla. No fuimos cobardes, solamente estábamos llenos de ignorancia. No, el tiempo no lo cura todo. Vimos iluminada la salida del laberinto y creímos que habíamos conseguido escapar. No supimos descifrar que aquella puerta, nos llevaba a otra y esa a la siguiente. La realidad es que solo nos sentimos perdidos de verdad, cuando dejamos de encontrarnos. El laberinto lo teníamos dentro y la salida, la única, estaba escondida en nuestra piel. Pero no bastaba con tocarla, la piel también tiene memoria y es ella, la que mientras yo callo, te nombra, te grita, te llama. Y por eso aparecen los fantasmas. Por eso dibujan encima de los garabatos que hemos ido creando con nuestra ausencia, la vida que no supimos tener. Porque aunque no fuimos cobardes, si nos faltó la certeza de saber, que el único modo de avanzar era juntos. Que de cualquier otro modo, volveríamos alguna vez al pasado, para que nos asaltaran las preguntas más difíciles de contestar. Esas en la cuáles los dos siempre supimos la respuesta. Pero en lugar de decirlas nos callamos. Como si bastara el silencio. Como si existiera el olvido.
lunes, 18 de noviembre de 2024
lunes, 11 de noviembre de 2024
BOGOTÁ
Nos esquivamos, tal vez para evitar el peligro, aunque el peligro no sea más que ignorancia. Tú prefieres la acera de la paz, yo la de la duda, ninguno cruza la calle. Lamemos bordillos, aunque a mi lengua le quedaría mejor tu piel y a la tuya le vendrían mejor mis miedos. Volver la vista atrás, es ver tu culo alejarse. Tu culo es ese poema que soy incapaz de escribir porque prefiero leerlo. A veces, calculo con las manos el borde de tu cintura y el espacio en el que cabes, tiene exactamente la medida de mis sueños. Me sostengo en el equilibrio imperfecto de tu ausencia, haciendo pactos con el futuro, inventando diálogos donde tú, no solo tienes la última palabra, también el primer beso. Al fondo el paisaje se llena de semáforos en rojo, el mismo color que tienen tus pómulos, cuando mis ojos te quitan la ropa, mientras mis manos marchitan de impotencia. Podría invadir tu territorio, asomarme al precipicio de tu escote y decir tu nombre para resumir mi vida. Dejar de esperar la carta correcta y barajar el destino hasta que siempre lleves ases en los ojos. Girar en la siguiente curva y en el callejón más cerrado de tu vientre, alquilar la habitación que hay en tus muslos. Podría matar la duda y tu asesinar mis miedos. Yo desnudar tu cuerpo, tu decorar mi alma. Yo ponerle letra a tus pisadas, tu banda sonora a mi silencio. Podríamos sonreírnos en la boca, fumarnos los suspiros, tragarnos los orgasmos. Podríamos intentarlo, ser capaces, tal vez nos demos cuenta de repente, que el único peligro de verdad es esta estupidez de no estar juntos.
lunes, 4 de noviembre de 2024
WELLINGTON HANOI PARIS
WELLINGTON
¿ Te acuerdas cuando te dije que te querría para siempre?
Sigue siendo cierto.
Solo que antes te quería cerca
y ahora te quiero lejos.
HANOI
Si hoy te dan un puñetazo en el estómago te dolerá. Si te lo repiten mañana te seguirá doliendo. Si continúan toda la semana a puñetazo por día, el dolor incluso puede aumentar al estar golpeandote en el mismo sitio. Pasados quince días casi estarás acostumbrado al daño. Y al mes será toda una rutina. Tanto que si de repente dejaran de golpearte lo echarías de menos. Así de absurdo.
Pues con algunos "amores" pasa exactamente lo mismo, aunque te hacen daño una y otra vez terminas por acostumbrarte, incluso se llega a tal nivel de estupidez, que cuando se ausentan, se marchan, o los dejas, acabas por echarlos de menos.
PARIS
Sé que si ambos tiramos del mismo extremo de la cuerda nos caeremos. Pero prefiero el suelo contigo que el cielo sin ti.
lunes, 28 de octubre de 2024
TIRANA
No, la luna no estaba más bonita que otras veces,
tampoco parecía más grande,
ni siquiera brillaba más que otro día cualquiera,
simplemente ella, estaba más cerca.
Hay mujeres tan asombrosas que les basta su presencia
para embellecer cualquier paisaje,
hacerlo más intenso,
devorarlo incluso,
por eso cuando se van,
cuando ya no la hallas a la altura de un abrazo,
al suspiro de un beso,
todo te parece horrible.
Hasta la luna.
lunes, 21 de octubre de 2024
JOHANNESBURGO
No es la misma que se marchó una vez.
Ahora juega al doble o nada,
al rojo o negro,
al cara o cruz.
Ahora no sabe perder ni acepta un empate.
Ha escupido una balanza y ha colocado
la justicia de su parte.
No ignora el pasado pero olvida el presente.
No habla de futuro si no es plural
y ha cometido tantos errores,
que se ríe del destino
y de las casualidades.
Se ríe en serio, deberías oírla,
es como si en una guerra
todos a la vez se quedarán sin balas.
Como una tregua a la fuerza,
como una paz infinita.
No es aquella que no hallaba el ritmo
en mi boca. Ahora la música solo empieza
si se acerca. El baile si se queda.
La fiesta si me folla.
No es aquella que resbalaba por mi piel,
que dejaba su perfume en mis brazos
pero se llevaba su cuerpo,
que alquilaba veranos en el ático de mis promesas
para ver de lejos como era incapaz de cumplirlas.
Ella es otra, ahora se me clava en la costillas,
no necesita perfumes,
ni más veranos que el nuestro,
ni más promesas que el acto.
Ahora viene para quedarse,
aunque se vaya,
para no irse,
aunque se marche,
para estar aún no estando,
para vivirme o matarme.
Aún me tiembla su desnudo entre las manos,
el agua de la ducha enamorándose de sus lunares
mientras mis sueños firmaban en su alma
sin leer la letra pequeña.
Como si el miedo nunca hubiera estado fuera,
si no dentro.
Como si los monstruos
solo existieran en su ausencia.
No, no es la misma que se marchó una vez,
sacando la lengua en señal de burla,
con el equipaje injusto de no volveré mañana,
con esa belleza implacable, con sus kilos de menos,
con su hambre de más.
Ahora no tiene cartas en la manga,
llora de frente como si el mar le cupiera en los ojos
y el hambre es secundario
si no es conmigo.
Aún me crujen las vértebras de sostener su silueta,aún me sudan los párpados de tenerla en perspectiva,
aún me maldice la nuca el haber dado la espalda
y me condena el silencio en cada grieta de mi voz.
No, ella no es la misma de aquella vez
y yo, yo ni siquiera se quien soy,
si no me nombra.
Me has hecho añicos preciosa
y ahora aunque parezca increíble
me amo más a pedazos, que entero.
lunes, 14 de octubre de 2024
TOKIO
No soy ese tipo de hombre con el que vas a soñar húmedamente esta noche. No saldré jamás en una revista y a menos que asesine a algún hijo de puta, tampoco la televisión se detendrá en mi perfil. No soy simpático. No me esfuerzo en serlo. Jamás he gastado un minuto de mi vida en caerle bien a alguien. Prefiero la soledad, a la multitud y considero multitud más de dos personas. Hace novecientos días que no lloro y apenas cinco minutos que no río, sin embargo cualquiera que se pare un segundo a mirarme dirá que soy un tipo triste. Solo creo en la casualidad si es forzada y en la suerte si es contigo. “Contigo” y “siempre” son mis dos palabras favoritas. Sobre todo si están juntas. No creo en dios pero estoy seguro de haberlo visto cada vez que sonríes. Tampoco creo en el diablo pero cuando te abres de piernas, sospecho que él tiene algo que ver con el asunto. Opino que el destino se inventó para poder equivocarte sin remordimientos. No uso reloj y preguntar la hora me resulta una pérdida de tiempo. No creo en el amor para siempre pero siempre creo en el amor. Me da miedo la muerte y envidio con todas mis fuerzas a aquellos que confían que después de ella hay otra vida. Tengo el punto g en los labios si me besas, en la nuca si me soplas y en el ego si me miras. Odio los espejos porque me recuerdan quién soy, sin embargo no me gustaría ser otro. Siempre que me he querido ha dependido de una mujer, en cambio para odiarme me ha bastado conmigo mismo. Me gustan los desnudos incompletos, prefiero las bragas al tanga, me seduce más un botón desabrochado que el pecho al descubierto, el saber por su boca que no lleva nada debajo, que verlo por mí mismo. Abuso de los preliminares, del juego donde entra antes el cerebro que la polla, el verbo que la lengua, los ojos que las manos. Disfruto casi igual de ese silencio que hay antes de la primera palabra, que del gemido que hay después del segundo orgasmo. Para mí el físico de una mujer empieza en el alma y no acaba nunca. Prefiero el olvido a la indiferencia, el adiós rotundo, al ya nos veremos, el que no me saludes nunca a que lo hagas cuando te place. Con la edad he aprendido que no debería haber orgullo que no ablande un beso. Que el verdadero secreto de la felicidad está en la risa y ni siquiera es necesario que sea la de uno mismo. Que si ignoras al niño que fuiste, jamás serás el hombre que querías ser. He asimilado a base de puñaladas que la palabra amistad es demasiado fácil nombrarla para lo complicado que es cumplirla. Que los secretos son armas que les prestas a otros. Que el silencio si es completo es el peor de los ruidos. He llegado a la conclusión que hay errores de los que nunca deberíamos aprender, ya que el placer a menudo, está en el camino incorrecto. Que aquellos que reniegan de su pasado son los más propensos a hacerte daño en el futuro. Que todos los prohibidos acaban por convertirse en tentación. Y todas las tentaciones incumplidas en nostalgia. Ahora ya sé que para saborear la traición basta con que deposites tu confianza en alguien. Que agarrarse a una esperanza es como coger el extremo de una cuerda sin ver que hay final de ella. Que hay lunes maravillosos y sábados de mierda. Que las cosas que no se pueden comprar son las que en realidad deberían importarte.
Ahora tengo la total convicción de que el amor mueve el mundo y la indiferencia lo para. Y que cada uno puede elegir su propio mundo. El mío empieza en tu nombre y no acaba nunca. Que jamás deberías destacar los defectos de otros para que brillen tus virtudes. Que a menudo los imposibles los etiqueta la pereza. Que el fracaso no es más que una cuestión de expectativas. Que más allá de lo que digan los meteorólogos el clima siempre dependerá de la compañía. Que cauto no es sinónimo de cobarde. Que el miedo es necesario. Que uno debe saber diferenciar precipicio de paisaje, equilibrio de abismo, volar de caer. Que la duda no es inseguridad si no selección. Que si tienes un abrazo pendiente no lo deberías dejar jamás para otro día. Que una vez aciertas con la persona lo de menos es el viaje. Que todos a lo largo de tu vida te pedirán sinceridad pero ninguno aceptará que lo seas completamente.
Ahora tengo la total seguridad de que la debilidad no es una cuestión de músculo si no de huevos. Que la rebeldía está en defender tus propias ideas, no la de otros. Que en el instante que alguien se considera a sí mismo humilde, ya ha dejado de serlo. Que nunca un perdón cerró una herida. Que el amor propio está de puta madre pero nunca será mejor que el mutuo. Que si la música amansa a la fiera, es porque no estás cantando la canción adecuada. Que el por si acaso es el trampolín donde se coloca la esperanza y el imposible el sofá donde bostezan los deseos. Que esperar que actúe el karma, es como aguardar que toquen los Rolling en la feria de tu pueblo. Que mañana saldrá el sol de nuevo pero lo mismo no sales tú gilipollas. Que no sé si tienes que volver o no al lugar donde fuiste feliz, lo que sí que sé, es que no deberías haberte ido.
Y que te quiero, que te quiero mucho, tanto, que ni siquiera se quererme si no me quieres. Aunque esto si lo que se desde el principio. Y si acaso lo olvidaste tú, te lo recuerdo.
martes, 8 de octubre de 2024
POR SI ACASO TE DEBO UN MARTES
¿Sabes qué es el amor?
Pensar que si no nos hubiéramos encontrado, todavía estaríamos buscándonos.