miércoles, 27 de abril de 2011

Si esto fuera una película de terror yo seria la rubia pija que muere la primera

Miedo de despertar un día
y ya no saber ni que escribirte.

De tener que recordarte que poeta no era mi oficio
ni siquiera mi modo preferido de provocar,
solo otra manera de huir
cuando los autobuses que me llevan a tu cintura
se olvidan de mi nombre.

Miedo de vodafone le informa
que el número marcado no existe,
de que mis sueños se queden sin cobertura
y de ti no tenga más que un politono
de un cantante para sordos.

Miedo de los billetes solamente de ida
a cualquier parte menos a tus brazos,
a tu voz repetida como un eco.....
no te quiero
no te quiero
no te quiero.

Y volverme de piedra otra vez,
de estatua que espanta a las palomas
y de nuevo de vuelta al espejo,
a pensiones de una estrella donde el amor
cuesta un par de versos en rumano.

A los parques desnudos de hojas
donde la pasión es preciosa
y es de otro.

A Fermín el camarero y sus frases
"Siempre el amor corriendo más que tú"
Y yo de un trago a otro trago
con la certeza absoluta de que el equilibrio
solo cabe en un nombre de mujer.

A hurgarme con odio las heridas
que se supieron cicatrices antes de ti.

Miedo del peluche que ocupa la parte de la cama
en la que falta un cuerpo,
de las perchas vacías,
de mi ego lamiendo las baldosas
que anhelan tu peso sobre ellas.

Miedo de lo que soy,
si no eres,
mía.

De lo que eres,
si no soy,
tuyo.

De los verbos,
de la música,
de respirar en este idioma
que te suena tan extranjero
ni que entiendes.

Del eco,
no te quiero,
no te quiero,
no te quiero.

Y mendigar caricias en los ojos
de separadas que ganaron sus juicios,
pasear mis miserias por los barrios donde crecí
para reventar mi infancia contra el kiosko de los helados.

Y jurar y prometer que nunca más
volveré a volver sobre mis pasos
igual que le prometo a mi madre cada noche al teléfono
que he dejado la bebida para siempre.

Y miedo,
de que el miedo esta vez
me tenga miedo.

lunes, 25 de abril de 2011

Y ser yo, por ti , contigo

Que puedo traducir los gritos de Sharapova
al idioma del gemido,
escribir un relato sucio sobre sexo público
en los aseos de un bar de jubilados
mientras bebo café en mi taza de princesas disney.

Hacer un millón de flexiones si te pienso debajo,
venderle mi alma a la primera mujer que me prometa
no llevarme de compras a su próxima renovación de vestuario.

Creo que podría hasta escribir un poema de amor.

O bailar desnudo bajo la lluvia de invierno
la canción de tus zapatitos de tacón sobre los charcos,
regalarle mi lengua eléctrica
a casadas que fingen los orgasmos.

Podría coleccionar alfabéticamente posdatas que me hagan daño,
mirarme durante más de tres segundos al espejo
y no odiarme,
no del todo.

Buscar trabajo,
dejar el tabaco,
el alcohol,

mi vida......
debajo de un tren con destino a la nostalgia.

Recitar un poema a gritos
subido en un contenedor de basura,
comerme tu lasaña,
pedirle perdón a tu hermana
de rodillas si me lo exige su falda,
batir el record de masajes en la espalda
o aceptar "maldito cabrón"
como verso del amor que me profesas.

Cumplir las promesas, todas,
incluso aquella del siempre y nosotros
y que tu genética y la mía
llenen la alfombra del salón
de aviones de juguetes
y muñecas anoréxicas.

Vivir incluso,
si me dejas.

Y aceptar a García Márquez como escritor de cabecera,
gato como animal doméstico
puzzle como domingo de lluvia.

Cambiar las bombillas sin electrocutarme,
no espiar la agenda de tus amantes afortunados,
no odiarte,
cuando el odio es lo más cerca
que estoy de sentir algo por ti.

Visitar la tumba de aquellos a los que quise,
ver el mar como algo poético
ignorando por completo los nuevos bikinis de Eva.

No dormir sin ti
sin soñar contigo.

Podría compartir mi almohada,
celebrar mis siguientes cumpleaños,
abrir una cuenta corriente a tu nombre
con los besos que te debo
multiplicarlos por mil
y pagártelos una de esas noches
en la que me tiemble tu curriculum en la boca.

Y ser yo
por ti
contigo.

Incluso sin mí
si quieres
ser tú
en mi mismo.

Pero no vuelvas a pedirme que te olvide
porque eso a estas alturas de mi vida
ya lo puedes bautizar como imposible.

martes, 19 de abril de 2011

Si salgo ileso de este poema, me arranco el corazón y te lo mando por email

Quererte como movimiento literario;
pensar en la poesía como el atajo más corto a tu cerebro,
ponerle tu nombre a mis siguientes erecciones,
sábanas limpias después de cada sueño.

Colocar en doble fila los besos que te debo,
aparcar mi alma en los bordillos
de las aceras musicales de tus pies,
conducir borracho de deseo
mi futuro a tus caderas,
saltarme todas las señales que me prohiban el paso
de ser feliz contigo.

Que mi corazón está haciendo autostop
justo al borde de tu vida.

Y tú pasas de largo.

Creo que alguien debería hacer sonar el claxon
en la siguiente curva que me invita
a descarrilar mis dedos por tu piel
o voy a llegar demasiado pronto
a la cita del orgasmo.

Quererte,
para amar a los espejos,
lamer tu braga blanca como tregua
a esta guerra de besos desatada,
invadir para que me invadas,
desertar para que me apreses,
cada poro de mi piel a tu presente.

Coloca un campo de minas en tu pecho
que hoy sólo me apetece
que saltemos por los aires.

Creo que alguien debería colocar vallas publicitarias
en cada pliegue de tu piel,
que tu vientre sea un spot de crema hidratante,
que tus labios anuncien un pintalabios de esos mágicos
cuando te da por jugar al eclipse de sol.

Puede ser que hoy por fin me salte el rojo
del semáforo de tus pómulos,
atraviese la primera carretera que pase por tu ombligo
y desde el puente de tu peca treinta y tres
salte de cabeza a tus labios mas mojados.

Y nade.

En el primer paso de peatones de tu calle estoy amor
esperando que esta vez
si me lleves por delante.

sábado, 16 de abril de 2011

Esto parece un poema .....pero claro tu tambíen parecías finlandesa

Voy a hacer algo parecido a amarte pero con el odio.

El odio es como un animal
que se mea todas las mañanas en el felpudo.

Retumban las palabras de tu madre.
- Me gustan todos los hombres menos ese-
"Ese" era yo claro.
Es muy jodido ser "ese" cuando quieres ser alguien.

Tu madre ja....en bikini en el jardín,
(un respeto por las flores por favor)
Lo pensé, no lo dije,
pero ellas (a las rosas me refiero)
marchitaban por inercia.

- Eso que suena es Melendi, me encanta, ¿lo oyes?- Decías-
Moviendo la cabeza recostada
y yo buscando triángulos isóceles en tu piel
en una silla de playa,
sin playa.
Que horrible.

- De la tristeza salen los mejores poemas-
Lo dijo un poeta de esos
que hacen misa en verso
y se creen dioses.

Y yo, que soy ateo, me descojoné en su cara.

Si yo tuviera su coño ahora en la boca,
de la felicidad
se iba a morir de gusto la poesía.

La poesía y ella claro
que era un océano.

- Y este que suena ahora es Bisbal
canta y da vueltas a la vez
es un genio,
¿lo oyes? -

Decías con los ojos saliendo de las órbitas.

Y yo cinco minutos sin parpadear
para no perderme un solo giro de tu cintura.

Y a mí,
ni caso.

Aprender rumano para no sentirme extranjero,
pasearme con un mechero por terrazas
donde extranjeras borrachas
comienzan a fumar a los cincuenta
o visitar a Laura y regalarle una rosa
de esas del jardín de tu madre
y a ver que me cuenta su epitafio.
Si eso haré.

Y odiarte,
odiarte mucho.

Que es como el amor
pero sin alas.

Este es mi corazón,
¿lo oyes?

Pues eso.

Todo lo demás ni importa.

lunes, 4 de abril de 2011

Esta es mi manera de dar las gracias

Agradecido siempre, a veces hasta en deuda, con la generosidad de los que venis por aquí y de un modo u otro me dais ese empujón a una cima que no podría subir solo.

La cima, la mía, no es protagonismo ni fama, sólo estar un poco mejor conmigo mismo. Y lo estoy si y mucha culpa la teneis ustedes.

No soy generoso, no lo soy, de hecho creo que jamás he tenido un gesto simpático a vuestros comentarios que aún siendo gratuitos me valen tanto.

Asi que hoy, lunes y en honor al blog, a abril mi mes preferido y a ti que sigues ahí a pesar de todo dejo un trocito de mi corazón para que lo devoreis a vuestro antojo.

Mi único modo posible de dar las gracias es escribiendo así que dejo dos poemas y una sonrisa.

Salud.







UN MINUTO MENOS EN CANARIAS

Porque mirarte es como dispararse a la izquierda del pecho
y ya no sé cuantas muertes me debes,
sin embargo
me conformaría con un solo minuto de tu vida.

Un minuto con sus sesenta segundos claro,
donde quepa un roce de lengua
y tu sonrisa de hada de oral B
y un baño con espuma en la orilla de tus ojos
y tus dedos tocando el arpa
sobre tu flequillo ondulado.

Un minuto donde se me claven en la espalda
los minúsculos vellos de tus brazos
y tu aroma de reina del champú anticaspa
se mezcle con las tragedias de mi perfume.

Un minuto en tu sudoku de lunares,
en la sopa de letras de tus pecas,
a dos palabras tan sólo de descifrar
el crucigrama en braile de tu escote.

Un minuto sin sexo,
sin amor siquiera,
sin mí por supuesto,
contigo por siempre.

Hasta que las agujas marquen un hasta nunca
y dibujes un adiós imaginario
en la deliciosa abertura de tus labios
y volver cabizbajo recogiendo mi equipaje
saliendo de tu vida de reloj
con un giro decidido
sobre el pomo de los sueños.

Como dispararse a la izquierda del pecho es mirarte
sin mí,
contigo,
y sin embargo,

aún me sigue valiendo más un minuto de tu vida
que una vida de un minuto con cualquiera.

Allí estás,
ahora,
otra vez
tan lejos,



Booommmm.




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LA MUJER QUE HACÍA POMPAS DE JABÓN CON LA SALIVA


Nunca está desnuda del todo si le queda la piel.
Es extraño.

Como mirar un cuadro abstracto
de un pintor anónimo brasileño
con cuatro copas de menos.

Y claro que me avergüenzo de este canibalismo,
como lo hago de observar colegialas maduras
por los diminutos agujeros de mi persiana.
O de intimar a solas con tus braguitas
antes de las volteretas de una balay del noventa y ocho.

Beberme tu sangre,
morderte la lengua,
lamerte las vértebras,
romperte.

Si fueras un puzzle
ya hubiera perdido los dedos.

Y arrancarte los ojos de las órbitas
y colocarlos de farolas en el paseo marítimo
para que iluminen mis regresos cada noche
de vuelta a tus costillas.

Y es que no hay peor oficio que poeta,
ni mujer más apetecible
que la de tu amigo mas íntimo.

La vida es una mierda si no existes
en el próximo renglón de mi memoria.

Por eso te escribo,
desnuda,
al otro lado de tu piel.

O imagino que te soplo
y te conviertes en papelitos pequeños
que lo inundan todo,
como si fueras carnaval,
o una fiesta,
o mía,
eternamente mía,
en un millón de partículas sobre el suelo.

Y me corro.

Y observo el beso interminable
en un vaso con marca de cerveza
de tu cepillo de dientes con el mío.

Y suspiro.

Y si eso no es amor yo ya no sé
de que tamaño será el insecto
que está devorándome por dentro del estómago.

Quiero ser tu muerte y que me mates,
quiero ser tu vida y tu sofá,
tus ganas de gritar,
tu propia tumba
si huyes del desgarro de mis dientes.

Y quiero ser tu hijo,
tu pareja,
tu hijo si el incesto no es delito,
lesbiana en tu bañera
hombre en tu cama.

Y quiero ser el algo que te falta,
el aire que te sobra,
el casi, el todo,
el taxi en el que huyes,
las aceras,
tus medias que se bajan,
tu jersey.

Y quiero ser tu último segundo,
tu fracaso más dulce,
tu tragedia,
el luto en tu vestido de viuda,
la foto de tu boda
y el culpable
del niño que se cuelga de tu pecho.

Y quiero ser tan tuyo que hasta olvide
si alguna vez fui mío antes de ti.