martes, 27 de diciembre de 2011

Feliz navidad (aunque feliz, lo que se dice feliz, tampoco es que sea)


Debes tener las bragas rosas con lacito

y el pubis suave como la nata que decora

algunos yogures de chocolate.

Debe saber a platónico, a imposible, lamerte los tobillos,

a dormir hasta las tantas, la curva de tu espalda.



Debe ser perverso colgarse de tu cabello,

como una película de Belladonna sin Belladonna,

debe olerte el cuello como huelen las sábanas de las putas

dos minutos antes del pacto de la carne.



Me bebí la penúltima en un bar de esos

donde las mujeres se cambian el nombre

como los niños los cromos en los patios del colegio.

Luego anduve calle arriba por avenidas

iluminadas, hasta el insomnio,

al fondo se oían cohetes,

era navidad y sonreír,

un truco de magia.



Sí hay regalos para los niños malos,

lo que no hay son regalos para los niños pobres.



En los contenedores de basura hay comida para media África,

dos perros urgan en la intimidad de la familia Martínez,

son bolsas azules de esas perfumadas,

Toby, así deduzco que se llama el de la mancha negra en el lomo,

nunca había cenado pavo hasta entonces.



Mañana va a amanecer igual para todos,

las hijas tendrán resaca,

las madres, miedo,

un gordo ficticio con barba ficticia

colgará en la percha su disfraz de pedófilo,

Toby moverá la cola con más energía que nunca

y el niño que fui mirará por la ventana,

por si acaso el mundo se ha parado de repente.



Como en un beso.



Seguramente en París se duplique la venta de postales

y abrazarse sea cotidiano y falso

como una película de Almodóvar,

y giren las nóminas y el cartón del paro

en torno a un árbol comprado en un chino.



Y tú dormirás en una canción de un cantautor borracho,

rodeada de peluches que miran a los ojos

mientras tus zapatos, a los pies de la cama,

recuentan la distancia entre nosotros.



Respirarás ajena a este universo

que he creado para tenerte cerca,

con tu pijama amplio de evas y manzanas

y unas bragas rosas con lacito,

para atarme bien los sueños a tus manos.

lunes, 7 de noviembre de 2011

De Laura y otras muertes






Pues este es mi primer poemario, a mí que eso de encerrar mi alma en un libro me daba vértigo, al final me pudo más el amor a lo físico y tener un hijo de letras, (se parece al padre).

No hubiera sido posible sin la generosidad de Luis Felipe Comendador Sanchez y una amiga suya que me recomendó a él. Todo tan fácil que ni pude ni quise negarme, sin presentaciones por mi pánico a hablar en público (recitar ya ni te cuento) y con la única avaricia de estar en mi estanteria entre Charles bukowski y Efraim Medina Reyes.

Y como no, y sobretodo, empujado por la gente que vierte gratuita y generosamente en este espacio sus palabras de apoyo y que de alguna manera haya conseguido que alguna vez me sienta util.

Mención especial y agradecimiento enorme a Escandar Algeet que se prestó de buena gana a hacerme el prólogo y casi me corro al leerlo. (que coño me corrí)


Para conseguir el libro, (su precio es de diez euros) en principio y ante mi inexperiencia total en este mundo sera por correo certificado o contrareembolso.

Para ello ponerse en contacto conmigo en :

pecadocapital79@gmail.com


También a traves de Felipe en:

http://brutsolidario.blogspot.com/2011/11/de-laura-y-otras-muertes.html

http://sbqsolidario.blogspot.com/2011/11/de-laura-y-otras-muertes.html.


Un abrazo.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Vodafone le informa que el amor se quedó sin cobertura

Arrancarle las alas a las moscas
para verlas hacer círculos sobre la mesa.
El silencio es muy aburrido si tú eres la culpable.

Solo enciendo la tele para ver el teletexto.
Tauro-Amor.
Una llamada importante te alegrará la vida.

Espero que todos los tauros del mundo tengan cobertura
también los de Somalia
que no tengan nada que llevarse a la boca
pero que tengan un móvil a mano
que les alegre la vida.

(Hay que joderse)

Mi padre dijo:
- Si no crees en dios al menos cree en algo
aunque sea en los planetas-
Yo decidí creerlo a él
incluso aquella vez que me dijo inútil
también lo creí.

Mi padre era el único hombre al que me ha merecido la pena conocer,
igual que tú eres la única mujer
a la que quiero olvidar para siempre.

Capricornio- salud
Quizás una jaqueca altere tus planes.
Y yo me alegro.
En serio me alegro.

Hasta que pienso en que tal vez tu plan de hoy
era llamarme para alegrarme la vida
y entonces una vez más
le confío toda mi felicidad al ibuprofeno.

En fin el amor no es más que un puzzle de dos piezas
que si encaja una con otra
te corres.

Con la misma mirada con la que me observan los perros
de la tienda de animales
me miro a los ojos en el espejo.
Y me doy pena.

Tauro- dinero
Cuida tus gastos o te pasaran factura
pienso en Somalia otra vez.
(Un montón de negritos contando sus billetes
sin más intención que llegar a fin de mes)

Alineo la osa menor
la osa mayor
y el oso panda de tu pijama
y los hago estallar imaginariamente.

Que al menos nos salga gratis
ver una puta lluvia de estrellas.

Un euro,
eso cuesta cambiar el politono de mi llamada
sonará la canción que más te gusta
si el dolor de cabeza te permite
atinar con los nueve números de mi nombre.

Nada.
Eso somos lo que esperamos algo.

Nadie.
Eso soy cuando pierdo la esperanza.

Quererte a esta distancia es tan inútil
como la tabla del cero
y cada vez que multiplico mi vacío
por tu existencia
se me pega tu nombre al cielo de la boca.

Tauro-trabajo
Harás nuevos amigos en la cola del paro.
(Que hijo de puta)

Fumar lo que se fuman los guionistas de esto
debe de ser increíble.

La amistad (ja) me río.
La amistad es aquello que te sobra
si ella lleva un buen escote en el vestido.

Las nueve de la noche
tic tac tic tac tic tac
odio lo relojes con ruido
el próximo que me compre
será silencioso
como tú.

Como mi teléfono
que inerte espera una canción
la tuya,
la mía,
la nuestra,
que nunca suena,
mientras una mosca sin alas
se frota sus patas sobre la pantalla.

viernes, 5 de agosto de 2011

Si miras a los ojos de la luna, le ves las bragas a tu ex

A la luna se le ven las bragas.

La noche parece haber sido sacada
de un cuento de esos para asustar a los niños.

He estado todo el día pensando en ti,
sucede que cuando hago malabares con los verbos
siempre se me cae follar debajo de tu ombligo.

Y sinceramente si hay algo que me joda más que tu ausencia
es que escribir poesía en esta parte del mundo
es estar enfermo de sensibilidad crónica.

Y yo escribo poesía por tu culpa.

Todo el maldito día pensando en ti,
de hecho hasta fui a comprar un helado de esos que tanto te gustaban,
a la camarera le olía la piel a coco,
hubiera pagado por lamerle un brazo
y dejar que las tres bolas se derritieran
formando sobre el mantel
la bandera del país ese al que emigraste
para sacar un notable en anatomía ajena
y un sobresaliente en mi olvido.

A veces como ahora mismo
que me distraigo con el baile de los murciélagos,
preferiría que no hubieras existido nunca
o tener que llevarle flores amarillas a tu tumba
a este dolor de no hallarte aquí a mi espalda.

La noche sufre de insomnio,
se cambia de lado,
bosteza.

Hay ancianos paseando de la mano
por las mismas aceras que una vez fueron nuestras,
hoy el amor tiene más de setenta años
y le falla el corazón.

Pero le late.
¿sabes?
le late.

Érase una vez........... y sus perdices....

Confieso que soy de los que veían peter pan
para tener sueños eróticos con campanilla
y que la primera vez que me masturbé
era caperucita la que tenía la boca grande.

Luego llegaste tú
y todos los cuentos de hadas
se fueron a la biblioteca amnésica de mi memoria.

Le dije:
- Yo nunca he pagado por follar-
y se echó a reir,
la camarera me refiero,
debió pensar que tu eras puta
cuando te veía con aquellas minúsculas faldas
lamiéndote los dedos de la nata.

En realidad no seré yo quién le quite la razón.

Las camareras saben el doble de las vidas que los demás
porque es en una barra de bar
donde se encuentra y se pierde el equilibrio.

Y es cuando te caes
cuando consigues ser tú
por primera vez en la vida.

Todo el jodido día pensando en ti,
todo,
como si de una canción empalagosa te trataras
tarareando tu nombre como un eco.

Fui a ver a las olas romper contra el muelle
y acabe torciendo la vista
ante la primera morena que quiso tostarse las tetas,
el paisaje hace con mis ojos lo que le da la gana,
más tarde seguí calle arriba
a una señora de unos cuarenta años
que meneaba el culo como una diosa del olimpo.

Ha sido el mejor partido de tenis que he visto en mi vida
y aunque no sé cual de los dos cachetes acabó ganando
si tengo la absoluta certeza de quién perdió.

Precisamente yo.
Sobre todo el rumbo.

Una noche perfecta para los asesinos,
hay violadores frotándose las manos en los portales,
ladrones probando las pilas de la linterna
en un parpadeo interminable de luces y sombras,
(y tu madre) ya que hablamos de mentes corruptas
tejiendo tu nombre con hilo dorado
para decorar esa tristeza que la acorrala
de no saber en que parte de la ciudad
su queridísima hija se le des-madra.

- No te me pierdas que no me encuentro-
Y me perdiste
o te perdí.
Jamás supe interpretar esta absurda brújula del capricho.

Una noche para que pase de largo el amor, eso hace.

Yo me tumbo sobre el cesped húmedo de un parque
a verle las bragas a la luna (negras)
mientras tú seguramente te quitas las tuyas (rojas)
en una pensión de nombre ridículo
donde sus dos únicas estrellas
la ponen tus ojos.

martes, 26 de julio de 2011

Cuando ya no te quiera te llamaré cariño o No escribo todo lo que siento ni siento todo lo que escribo, pero me siento cuando escribo, pa´ no cansarme

Lo que realmente mantiene vivo al amor es el miedo,
el miedo a perderlo,
cuando ya no hay miedo,
tampoco queda amor.

Sobrevive el cariño claro,
ese animal de orejas enormes
que se revuelca por el suelo
y ladra cuando quiere una galleta.

Y es que estar enamorado es la única enfermedad
que se cura con el contacto físico.

La primera vez que dices te quiero,
te condenas sin saberlo a reiterarte el resto de tu vida,
hasta que las propias palabras pierden su verdadero significado
aunque que le cambies el idioma.

Es triste pensar que los bares de putas
se llenan de hombres que han dicho te quiero esa misma mañana.

La fidelidad es como lanzar una piedra al mar
y esperar sentado a que flote.

El océano esta repleto
de barcos hundidos que pensaron que podían navegar felizmente
y chocaron con esa roca que todos lanzamos alguna vez
jurando en la existencia del para siempre.

Pero cuando se acaba el siempre,
comienza el nunca.

No somos más que el estribillo de una canción de verano
que recordamos entre la nostalgia
y el alivio de que ese ritmo
no vuelva a golpearnos la cabeza.

Y lo cierto que lo que más echo de menos,
es no echarte más de menos.

Cuando el corazón no latía por inercia
y había música dentro y fuera del pecho,
bailábamos sin tropezar con los pies
flotando en el aire,
nuestros cuerpos eran como de goma
y rebotaban por la casa
como pelotitas de colores que conocen
el lugar exacto donde chocar,
donde imantarse
y lamerse los arcoiris
la una a la otra,
hasta borrar la luz
en un off
que se parece a la vida
cuando la vida no te pertenece del todo
y es a medias.

Como el último cigarro de un paquete.

Hay humo,
es lo que queda del fuego,
palabras estiradas a conciencia
diminutivos absurdos taladrando mariposas,
que olvidan el arte de volar
y se posan en el cerebro a hacer un nido,
de rutina.

En el salón se oyen ladridos,
alguien con la boca llena de galletas,
posa sus labios en otros labios,
suavemente,
dejando al miedo bostezar en el sofá
poco antes de su sueño eterno.

martes, 19 de julio de 2011

Si Nabokov te hubiera visto habría escrito una saga

La primera vez que te vi
jugaba con dos dedos en tu pelo
mientras dos hombres que te doblaban la edad
desvirgaban mentalmente tu inocencia.

Y lo sabías y en tu sonrisa
se veía porno de dibujos animados.

Y es que eres ese tipo de chica
que aparece en las noticias de la tarde
secuestrada, violada y lanzada
a un descampado cualquiera donde las moscas
se apuntan luego a la fiesta de la carne.

Pero a ella,
a ella no la toca ni el aire.

Ayer te vi de nuevo,
sin ti nunca ha sido verano en estas playas,
aunque el calor derritiera los abanicos
de las ancianas de la calle donde vivo.

El verano solo empieza si me miras.

Apenas te sigues levantando dos palmos del suelo
y mantienes esa mueca de niña traviesa
que mutila a las barbies y se ríe,
Aunque las matemáticas me aseguran
que hace tiempo que desvetirte en mi cerebro
ya no puede considerarse un delito.

Y es que no sabes la multitud de hijos nuestros
que han sido remolino antes de piel
dejándose engullir por el desagüe.

Ayer te vi, si,
deambular descalza por lo platónico
driblando como un futbolista brasileño
el morbo despertado en las sombrillas.
Haciendo pasarelas en la arena
donde el glamour lo inventaba un treinta y seis
que dejaban una mina a cada paso
para que estallaran los sueños de los hombres.

Pero a ti,
a ti no te tocaba ni el aire.

A veces pienso que eres hija del diablo
no se me ocurre mejor manera de tentar al mundo
que hacerte formar parte del paisaje.

Y camino estas calles oscuras
de quince chupar y treinta follar
buscando imitaciones de tu rostro,
o visito los anuncios por palabras
donde tu nombre se ubica
en cualquier mujer sin escrúpulos
que ignora que mientras tú existas
no dejará de ser simple y anónima.

Me agarro al folio con tus dedos
y escribes este poema con tus manos
mientras las mías vuelan para acariciarte el cabello
como aquella primera vez que te vi
en la que sin saberlo jugabas con tu reloj de pulsera
a que la vida siempre me debiera una hora.

Contigo.

miércoles, 6 de julio de 2011

No estoy roncando, suspiro fuerte

Tenía que haberme hecho el muerto cuando te vi llegar
y no mirarte como miran los pasteles de los escaparates
las señoras con azúcar.

No sé puede ser tan bonita con pantalones cortos
y zapatos de esos que esquivan el ruido en callejones oscuros,
mandaste haciendo la estatua todo el glamour
a una pasarela donde halagan en francés
y mienten con los huesos marcados
y reinventaste de nuevo la moda en una baldosa
orgullosa de sostener tu peso.

Hoy me recuerda la radio que debes
haber abandonado a todos los cantautores a la vez,
que estás llenando esta ciudad
de drogadictos y borrachos
y que ya nunca más querrás ser una canción
a pesar de que la música empieza
cuando tú bailas.

! Y joder como bailas!
aunque parezca otra cosa
si cerca se mueven los demás
como animales sin cabeza.

Tienes una trinchera tan ferrea de monosílabos
que ninguna de mis frases logra nunca atravesar
la linea que separa el silencio del diálogo.

Es tan absurdo mover la lengua fuera de tu boca.

Por eso callo,
por eso escribo
desde esta voz sin decibelios
para que me oigas con los ojos.

Y no, no se puede tener tantos argumentos en tan poco espacio,
si fueras una película
habría cubos de palomitas volando por los aires,
refrescos azucarados pringando las butacas
y manos buscando bajo las faldas de la última fila
el significado real de la trama.
De la vida.
Del orgasmo.

Que hasta los guionistas que duermen en mis dedos
darían todas sus ideas al enemigo
por comerte el coño
hasta que volviera a pasar el cometa halley
por delante de tus párpados.

Se tambalean los bolígrafos de mi escritorio
cuando pienso en lo que hace el aire con tu pelo
se garabatean los folios de metáforas
si diviso mentalmente
como se te pega la ropa a la piel.

Tienes a todo tu armario
enamorado de tu aroma.

Y al mío masturbándose en tu ausencia.

Deberías saber que no es casualidad
que suba la marea cuando pisas una orilla,
que se multiplique la espuma de las olas
cuanto más te adentras en el mar
con ese bikini de cine para adultos.

Hay peces fetichistas desde que de un año para otro
por esa maga caprichosa llamada naturaleza
cambiaste las coletas por una trenza.

Debí hacerme el muerto cuando te vi llegar
en lugar de tartamudear tu nombre
como si me hubiera tragado un eco.

En lugar de colocarte en la agenda
de los amores platónicos
entre esa actriz italiana
que descumple los años
y aquella compañera de pupitre
que me robó la voz cuatro años de infancia.

En la cama,
con el corazón contando ovejitas para soñarte
mientras tu boca besa al hombre del saco
en una discoteca con paso de peatones
que rompen los tabiques de mujeres
que no sabrán jamás cual es mi nombre.

Así estoy
sin ti,
despierto,
en plena pesadilla.

lunes, 23 de mayo de 2011

Plumas en la bañera

Todo el mundo pensaba que era maricón
porque usaba el abanico con la misma maestría
que una maruja en la feria de Sevilla.

Pero no, no era por eso,
simplemente estaba cansado
de esperar a la mujer de su vida.

Y aprendió que a cuatro patas
era mucho más fácil ser una perra.

Más sencillo odiar entre ladridos.

Recordaba los coches de juguete
atropellando barbies en las losas azules del salón
ante la atenta mirada de un padre
que desde el sofá maldecía sus propios espermatozoides.

Nunca sabía que hacer con las lágrimas.

La primera vez que consiguió amarse
no fue en los ojos de cualquiera
lo hizo frente al espejo
llevaba puestas las medias de su madre.
Y las manchó.

Se llamaba Abigail después de aquello
y estaba enamorada de si misma.

De si misma y de aquella dependienta bronceada
que entre estanterías de cremas milagrosas
y pinturas de uñas de colores
que aún estaban por existir
lo miraba con ojos de desprecio.

O de Neus,
aquella gorda sin complejos
que le echaba de comer a las palomas
siempre la mitad de lo que había en cada bolsa
y que jamás le contestó a un saludo.

No era mujer,
ni media siquiera,
ni hombre por supuesto que tampoco,
el monstruo lo llamaban los gemelos
de la vecina separada del segundo.

El monstruo eso era,
porque nadie usa los ojos para mirar
por debajo de la piel.

-Nadie-
Ladró.

Y lo amaron sí,
cincuentones con barriga
y casados viciosos
con fotos de sus hijos en la cartera
y machos peludos adictos
al aliento de otro sobre la nuca
y lo odiaron también,
rapados al cero en callejones sin salida,
jubilados observadores de obras públicas,
familiares que tacharon su apellido
desterrándolo por siempre de la genética.

Ayer domingo, claro, como debía ser,
cansado y con una profesionalidad
de carnicero de un super
se cortó de un tajo las venas en el baño
dejando su cadáver desnudo
al orgasmo libre de las moscas.

Y una frase con su propia sangre
decorando los azulejos amarillos.

"Hoy ha muerto una mujer
a la que no la dejaron ser hombre.
Ni ella supo"



* A TÚ MEMORIA
QUE YA ES LA MÍA

martes, 17 de mayo de 2011

El amor visto desde dentro (creo)

Despertar en una cama que no conoces,
en una habitación que no te extraña,
con una mujer que nunca has visto
y sí la has visto,
ni siquiera la recuerdas.
Llamarla por un nombre que no es el suyo
y que ella te responda con adjetivos que descalifican
y seguramente mereces.

Ir al baño vomitar dos veces,
tres,
observar al hombre del espejo
-Te he visto en algún sitio hijo de puta-
El sonríe.

Ella se viste,
tiene el rimmel corriendo una maratón ocular,
no es del todo bonita,
está pálida,
su boca es amplia,
sus labios rosados,
su nariz se asoma al balcón de su barbilla
timidamente,
como con vocación de suicida
pero con pánico.

Le cae el cabello desordenado por la espalda,
es largo,
creo que huele a frutas del bosque,
observo sus axilas desde el lavabo,
me dan hambre.
Mucha.

Quizás desde esta perspectiva
si está linda.

Y es bonita creo.

Me habla como si me conociera de toda la vida,
-Vístete y lávate la cara
pareces un perro vagabundo- murmulla.

Paso por su lado,
no la miro de cerca,
me dan miedo sus ojos,
me visto,
rápido,
como si tuviera una cita con una italiana
para comer espaguetis con las manos.

En el salón una foto gigante decora la pared,
allí está ella,
radiante,
vestida de blanco sosteniendo
un ramillete de margaritas con dedos prestados
de alguna diva de otra época.

Es lo más bello que han visto mis ojos
en todos estos años.
Estoy seguro.

Al lado el tipo del espejo
enchaquetado,
con el pelo brillante por la gomina
y una sonrisa absurda
como si el mundo fuera un lugar confortable,
distinto a este,
extraño,
mejor.

No me despido,
salgo de aquella casa desconocida pensando
que sí,
que era bonita,
mucho,
demasiado quizás,
y ese hombre,
el del espejo,
debería dar las gracias por su suerte.

martes, 10 de mayo de 2011

Espejito, espejito....tú y tus verdades a medias

Hoy he preferido mirarme al espejo que a tus ojos.

Tus ojos son dos laberintos,
dos abismos al infierno,
mirarlos es como presenciar la muerte de un ser querido
o llegar tarde a tu propio cumpleaños.

Tus ojos gata albina,
niña de bronce sin broncear,
actriz nórdica de mis sueños húmedos
son un prohibido fumar en el salón de mi casa.

Un combate a muerte con mi otro yo,
un poema con rima,
como leer la biblia en la playa
o oir una canción de breakbeat
en el entierro de mi ex novia.

Y estaba allí el espejo brillando
como cuando Gladys
aquella hermosa madura cubana
lo limpiaba con su aliento de menta y fresa
y un trapo rojo que alguna vez en otros tiempos
le había besado el vello púbico.

Y en el espejo yo,
entero,
casi vivo,
navegando por encima de la luz de la salita
con un barco lleno de complejos,
buscándome un defecto,
hallándolo,
sumándolo a una lista interminable,
batiéndolos todos como si fuera un coctel de nombre
"voyaolvidarmequenomequiero"
y lanzándolos por el desagüe
con un leve de despido de odio.

Y de nuevo limpio y perfumado,
con media sonrisa de triunfo,
salir a la calle con el ego
de un quinceañero sin acne
a lamerle los tobillos a la vida
y encontrar una mirada donde verme
sin que duela este ser yo que soy ahora
y olvidarme para siempre de tus ojos.

Y de paso de todos los espejos.

jueves, 5 de mayo de 2011

Hoy me duele la voz de no escucharte

Me da miedo a que llueva
y te mojes
y yo no tenga la culpa.

Creo que lo mejor de todo el silencio de ayer
fue cuando lo rompiste,
tienes música en la risa,
no sé....
¿sabes la canción aquella de Ismael serrano?

Me sentí él
pero tú no eras ella,
eras mejor,
mejor aún que imaginarte.

Podías vivir en Alaska con ese aspecto
pero te gusta joderme
y ser remotamente alcanzable.

Y luego tu rostro allá,
moviendo la cabeza
y yo sacándote parecidos razonables
sin razón,
de actrices de segunda fila.

Incluso me pareció haberte visto alguna vez
en un anuncio de compresas.

Pero te pareces a ti,
sobretodo a ti y solamente a ti
y es a lo más bello que podías parecerte.

Lanzas un beso que se lo come el humo,
hacía tiempo que no fumaba tanto,
me has quitado un año de mi vida de golpe
y sin embargo observándote
cada vez me siento más viejo.

Eres una contradicción tan perfecta en ti misma
que estoy por llevarme la contraria.

Hoy,
incluso mañana,
que aún no tiene nombre
por más que tu sonrisa de columpio en movimiento
idee algunos de esos absurdos que acaban en diminutivos
y hacen que me avergüence
del hombre estúpido que duerme en mi pecho.

Y pensaba en tu vello púbico
en esta culpa que me persigue
de querer follarte contra la pared de tu habitación
mientras las muñecas de tu baúl de los recuerdos
murmullan unas con otras en lo puta que puedes llegar a ser
aún con ese rostro casi virgen sacado a la fuerza
de una zona geográfica que me queda por inventarme.

Y es que haré un país en mis costillas
que lleve tu nombre.

El que quieras llamarte
y que la bandera sea la ropa de ¿mañana que me pongo?
como si la belleza necesitara decoraciones de tela.

Como si tu desnudo no fuera bastante
para que tiemble el universo
en la palma de tu mano.

Y me voy a la cama sin ti
con la esperanza de que no me quieras nunca,
nunca,
y sigas doliéndome siempre,
siempre,
como ahora,
fuerte,
así,
de este modo.

miércoles, 27 de abril de 2011

Si esto fuera una película de terror yo seria la rubia pija que muere la primera

Miedo de despertar un día
y ya no saber ni que escribirte.

De tener que recordarte que poeta no era mi oficio
ni siquiera mi modo preferido de provocar,
solo otra manera de huir
cuando los autobuses que me llevan a tu cintura
se olvidan de mi nombre.

Miedo de vodafone le informa
que el número marcado no existe,
de que mis sueños se queden sin cobertura
y de ti no tenga más que un politono
de un cantante para sordos.

Miedo de los billetes solamente de ida
a cualquier parte menos a tus brazos,
a tu voz repetida como un eco.....
no te quiero
no te quiero
no te quiero.

Y volverme de piedra otra vez,
de estatua que espanta a las palomas
y de nuevo de vuelta al espejo,
a pensiones de una estrella donde el amor
cuesta un par de versos en rumano.

A los parques desnudos de hojas
donde la pasión es preciosa
y es de otro.

A Fermín el camarero y sus frases
"Siempre el amor corriendo más que tú"
Y yo de un trago a otro trago
con la certeza absoluta de que el equilibrio
solo cabe en un nombre de mujer.

A hurgarme con odio las heridas
que se supieron cicatrices antes de ti.

Miedo del peluche que ocupa la parte de la cama
en la que falta un cuerpo,
de las perchas vacías,
de mi ego lamiendo las baldosas
que anhelan tu peso sobre ellas.

Miedo de lo que soy,
si no eres,
mía.

De lo que eres,
si no soy,
tuyo.

De los verbos,
de la música,
de respirar en este idioma
que te suena tan extranjero
ni que entiendes.

Del eco,
no te quiero,
no te quiero,
no te quiero.

Y mendigar caricias en los ojos
de separadas que ganaron sus juicios,
pasear mis miserias por los barrios donde crecí
para reventar mi infancia contra el kiosko de los helados.

Y jurar y prometer que nunca más
volveré a volver sobre mis pasos
igual que le prometo a mi madre cada noche al teléfono
que he dejado la bebida para siempre.

Y miedo,
de que el miedo esta vez
me tenga miedo.

lunes, 25 de abril de 2011

Y ser yo, por ti , contigo

Que puedo traducir los gritos de Sharapova
al idioma del gemido,
escribir un relato sucio sobre sexo público
en los aseos de un bar de jubilados
mientras bebo café en mi taza de princesas disney.

Hacer un millón de flexiones si te pienso debajo,
venderle mi alma a la primera mujer que me prometa
no llevarme de compras a su próxima renovación de vestuario.

Creo que podría hasta escribir un poema de amor.

O bailar desnudo bajo la lluvia de invierno
la canción de tus zapatitos de tacón sobre los charcos,
regalarle mi lengua eléctrica
a casadas que fingen los orgasmos.

Podría coleccionar alfabéticamente posdatas que me hagan daño,
mirarme durante más de tres segundos al espejo
y no odiarme,
no del todo.

Buscar trabajo,
dejar el tabaco,
el alcohol,

mi vida......
debajo de un tren con destino a la nostalgia.

Recitar un poema a gritos
subido en un contenedor de basura,
comerme tu lasaña,
pedirle perdón a tu hermana
de rodillas si me lo exige su falda,
batir el record de masajes en la espalda
o aceptar "maldito cabrón"
como verso del amor que me profesas.

Cumplir las promesas, todas,
incluso aquella del siempre y nosotros
y que tu genética y la mía
llenen la alfombra del salón
de aviones de juguetes
y muñecas anoréxicas.

Vivir incluso,
si me dejas.

Y aceptar a García Márquez como escritor de cabecera,
gato como animal doméstico
puzzle como domingo de lluvia.

Cambiar las bombillas sin electrocutarme,
no espiar la agenda de tus amantes afortunados,
no odiarte,
cuando el odio es lo más cerca
que estoy de sentir algo por ti.

Visitar la tumba de aquellos a los que quise,
ver el mar como algo poético
ignorando por completo los nuevos bikinis de Eva.

No dormir sin ti
sin soñar contigo.

Podría compartir mi almohada,
celebrar mis siguientes cumpleaños,
abrir una cuenta corriente a tu nombre
con los besos que te debo
multiplicarlos por mil
y pagártelos una de esas noches
en la que me tiemble tu curriculum en la boca.

Y ser yo
por ti
contigo.

Incluso sin mí
si quieres
ser tú
en mi mismo.

Pero no vuelvas a pedirme que te olvide
porque eso a estas alturas de mi vida
ya lo puedes bautizar como imposible.

martes, 19 de abril de 2011

Si salgo ileso de este poema, me arranco el corazón y te lo mando por email

Quererte como movimiento literario;
pensar en la poesía como el atajo más corto a tu cerebro,
ponerle tu nombre a mis siguientes erecciones,
sábanas limpias después de cada sueño.

Colocar en doble fila los besos que te debo,
aparcar mi alma en los bordillos
de las aceras musicales de tus pies,
conducir borracho de deseo
mi futuro a tus caderas,
saltarme todas las señales que me prohiban el paso
de ser feliz contigo.

Que mi corazón está haciendo autostop
justo al borde de tu vida.

Y tú pasas de largo.

Creo que alguien debería hacer sonar el claxon
en la siguiente curva que me invita
a descarrilar mis dedos por tu piel
o voy a llegar demasiado pronto
a la cita del orgasmo.

Quererte,
para amar a los espejos,
lamer tu braga blanca como tregua
a esta guerra de besos desatada,
invadir para que me invadas,
desertar para que me apreses,
cada poro de mi piel a tu presente.

Coloca un campo de minas en tu pecho
que hoy sólo me apetece
que saltemos por los aires.

Creo que alguien debería colocar vallas publicitarias
en cada pliegue de tu piel,
que tu vientre sea un spot de crema hidratante,
que tus labios anuncien un pintalabios de esos mágicos
cuando te da por jugar al eclipse de sol.

Puede ser que hoy por fin me salte el rojo
del semáforo de tus pómulos,
atraviese la primera carretera que pase por tu ombligo
y desde el puente de tu peca treinta y tres
salte de cabeza a tus labios mas mojados.

Y nade.

En el primer paso de peatones de tu calle estoy amor
esperando que esta vez
si me lleves por delante.

sábado, 16 de abril de 2011

Esto parece un poema .....pero claro tu tambíen parecías finlandesa

Voy a hacer algo parecido a amarte pero con el odio.

El odio es como un animal
que se mea todas las mañanas en el felpudo.

Retumban las palabras de tu madre.
- Me gustan todos los hombres menos ese-
"Ese" era yo claro.
Es muy jodido ser "ese" cuando quieres ser alguien.

Tu madre ja....en bikini en el jardín,
(un respeto por las flores por favor)
Lo pensé, no lo dije,
pero ellas (a las rosas me refiero)
marchitaban por inercia.

- Eso que suena es Melendi, me encanta, ¿lo oyes?- Decías-
Moviendo la cabeza recostada
y yo buscando triángulos isóceles en tu piel
en una silla de playa,
sin playa.
Que horrible.

- De la tristeza salen los mejores poemas-
Lo dijo un poeta de esos
que hacen misa en verso
y se creen dioses.

Y yo, que soy ateo, me descojoné en su cara.

Si yo tuviera su coño ahora en la boca,
de la felicidad
se iba a morir de gusto la poesía.

La poesía y ella claro
que era un océano.

- Y este que suena ahora es Bisbal
canta y da vueltas a la vez
es un genio,
¿lo oyes? -

Decías con los ojos saliendo de las órbitas.

Y yo cinco minutos sin parpadear
para no perderme un solo giro de tu cintura.

Y a mí,
ni caso.

Aprender rumano para no sentirme extranjero,
pasearme con un mechero por terrazas
donde extranjeras borrachas
comienzan a fumar a los cincuenta
o visitar a Laura y regalarle una rosa
de esas del jardín de tu madre
y a ver que me cuenta su epitafio.
Si eso haré.

Y odiarte,
odiarte mucho.

Que es como el amor
pero sin alas.

Este es mi corazón,
¿lo oyes?

Pues eso.

Todo lo demás ni importa.

lunes, 4 de abril de 2011

Esta es mi manera de dar las gracias

Agradecido siempre, a veces hasta en deuda, con la generosidad de los que venis por aquí y de un modo u otro me dais ese empujón a una cima que no podría subir solo.

La cima, la mía, no es protagonismo ni fama, sólo estar un poco mejor conmigo mismo. Y lo estoy si y mucha culpa la teneis ustedes.

No soy generoso, no lo soy, de hecho creo que jamás he tenido un gesto simpático a vuestros comentarios que aún siendo gratuitos me valen tanto.

Asi que hoy, lunes y en honor al blog, a abril mi mes preferido y a ti que sigues ahí a pesar de todo dejo un trocito de mi corazón para que lo devoreis a vuestro antojo.

Mi único modo posible de dar las gracias es escribiendo así que dejo dos poemas y una sonrisa.

Salud.







UN MINUTO MENOS EN CANARIAS

Porque mirarte es como dispararse a la izquierda del pecho
y ya no sé cuantas muertes me debes,
sin embargo
me conformaría con un solo minuto de tu vida.

Un minuto con sus sesenta segundos claro,
donde quepa un roce de lengua
y tu sonrisa de hada de oral B
y un baño con espuma en la orilla de tus ojos
y tus dedos tocando el arpa
sobre tu flequillo ondulado.

Un minuto donde se me claven en la espalda
los minúsculos vellos de tus brazos
y tu aroma de reina del champú anticaspa
se mezcle con las tragedias de mi perfume.

Un minuto en tu sudoku de lunares,
en la sopa de letras de tus pecas,
a dos palabras tan sólo de descifrar
el crucigrama en braile de tu escote.

Un minuto sin sexo,
sin amor siquiera,
sin mí por supuesto,
contigo por siempre.

Hasta que las agujas marquen un hasta nunca
y dibujes un adiós imaginario
en la deliciosa abertura de tus labios
y volver cabizbajo recogiendo mi equipaje
saliendo de tu vida de reloj
con un giro decidido
sobre el pomo de los sueños.

Como dispararse a la izquierda del pecho es mirarte
sin mí,
contigo,
y sin embargo,

aún me sigue valiendo más un minuto de tu vida
que una vida de un minuto con cualquiera.

Allí estás,
ahora,
otra vez
tan lejos,



Booommmm.




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LA MUJER QUE HACÍA POMPAS DE JABÓN CON LA SALIVA


Nunca está desnuda del todo si le queda la piel.
Es extraño.

Como mirar un cuadro abstracto
de un pintor anónimo brasileño
con cuatro copas de menos.

Y claro que me avergüenzo de este canibalismo,
como lo hago de observar colegialas maduras
por los diminutos agujeros de mi persiana.
O de intimar a solas con tus braguitas
antes de las volteretas de una balay del noventa y ocho.

Beberme tu sangre,
morderte la lengua,
lamerte las vértebras,
romperte.

Si fueras un puzzle
ya hubiera perdido los dedos.

Y arrancarte los ojos de las órbitas
y colocarlos de farolas en el paseo marítimo
para que iluminen mis regresos cada noche
de vuelta a tus costillas.

Y es que no hay peor oficio que poeta,
ni mujer más apetecible
que la de tu amigo mas íntimo.

La vida es una mierda si no existes
en el próximo renglón de mi memoria.

Por eso te escribo,
desnuda,
al otro lado de tu piel.

O imagino que te soplo
y te conviertes en papelitos pequeños
que lo inundan todo,
como si fueras carnaval,
o una fiesta,
o mía,
eternamente mía,
en un millón de partículas sobre el suelo.

Y me corro.

Y observo el beso interminable
en un vaso con marca de cerveza
de tu cepillo de dientes con el mío.

Y suspiro.

Y si eso no es amor yo ya no sé
de que tamaño será el insecto
que está devorándome por dentro del estómago.

Quiero ser tu muerte y que me mates,
quiero ser tu vida y tu sofá,
tus ganas de gritar,
tu propia tumba
si huyes del desgarro de mis dientes.

Y quiero ser tu hijo,
tu pareja,
tu hijo si el incesto no es delito,
lesbiana en tu bañera
hombre en tu cama.

Y quiero ser el algo que te falta,
el aire que te sobra,
el casi, el todo,
el taxi en el que huyes,
las aceras,
tus medias que se bajan,
tu jersey.

Y quiero ser tu último segundo,
tu fracaso más dulce,
tu tragedia,
el luto en tu vestido de viuda,
la foto de tu boda
y el culpable
del niño que se cuelga de tu pecho.

Y quiero ser tan tuyo que hasta olvide
si alguna vez fui mío antes de ti.

sábado, 26 de marzo de 2011

Ahora resulta que voy a la moda

No sé si sólo me ocurre a mí, pero cuando le doy a mi perfil se abre una ventanita de anuncio, quiero pedir disculpas si también le ocurre a demás personas y ayuda si alguien sabe como quitarlo.

Lamento en cualquier caso (lejos de mi culpa) dicha propaganda.

Un abrazo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Ilumíname y yo pago la factura

Estoy seguro que no tenerte en perspectiva
es lo más parecido a quedarse ciego.

Que sin ti desfilando por el blanco de mis ojos,
todo es negro.

Aunque sé que si los cierro fuerte y te pienso
aparece el azul de tu falda de vuelo
o el rosa de aquel jersey que te regaló tu madre
cuando le prometiste al cumplir los dieciocho
que aún eras virgen.

El rojo sangre de tus zapatos más perversos
o el amarillo soleado de tu goma del pelo.

Ay! tu pelo, nunca un olor me había excitado de esa manera.

Y Ojalá ahora fuera capaz de recordar el nombre de tu champú
me lo compraría al instante
con tal de olerte en mi mismo.

Mis ojos.
Eso le regalaría al primero
que me dijera qué llevas puesto ahora.

Aunque sé que si los cierro fuerte,
te veré con uno de esos pijamas
huérfanos de algún botón
como si el morbo contigo
siempre tuviera dedos.

O con aquel impactante sujetador naranja
cuyos tirantes siempre fueron adictos al vértigo.

Todo es eclipse desde que no estás.
Y lo confieso,
tengo miedo.

Y maldigo esta oscuridad que inventas
que es como estar de luto eternamente,
como vivir en un perpetuo parpadeo,
igual que una ceguera indefinida,
el no tenerte en el próximo horizonte.

Y ahora que seguramente estarás fingiendo el tercer orgasmo
en una cama con alergia al matrimonio,
yo solo, triste y a oscuras,
solo espero que alguien de una vez por todas
me encienda la luz.

lunes, 7 de febrero de 2011

Si soledad no fuera un nombre de mujer, entonces si que sería una putada

Si es contigo corazón no me importa
hacer el amor con calcetines.

Si es contigo no me importa,
arrancarme esta piel mía con las uñas
y tenderla al sol de tu balcón
justo al lado de tu tanga favorito.

Ni que el último cigarro del paquete
se lo fume el viento de poniente
mientras haces de mi boca una trinchera.

No me importa siquiera amor mío
hacerte una ciudad con rascacielos
en este vertedero vertebral.

Ni romperme los ojos contra el vidrio
de las gafas que te guardan los eclipses
ni ser huesped de alquiler por dos caricias
del ático que abandera tus dos muslos.

Si es contigo es conmigo.
Eso lo sabes.

Y no soy yo
si tu no eres.
Mía.

Ni seré
sin un nosotros .

Más que polvo.

Pero si es contigo no me importa
que colecciones mis suspiros por fascículos
o le pongas nombres ridiculos a mis cicatrices
o te inventes un atajo que me lleve
desde el borde de tus labios
hasta tu ombligo.

No me importa cumplir años si es contigo,
ni que el mar no se asome al dormitorio,
no me importa destruir abecedarios
e inventarte un idioma en las pestañas
si el silencio hace un trio en nuestra cama.

No me importa mas que tú en esta vida
y pasaba por aquí por tu cintura
y he pensado.....

Que mejor que recordarlo.

jueves, 3 de febrero de 2011

Glup, glup, glup

Deberías aprender a nadar,
antes de que este muerto
o tenga dos hijos.
(que no sé que es peor en este caso)

Antes de que mi emoción se reduzca
a robar paquetes de chicles
en los extensos pasillos del carrefour.

De que me crezca la curva de la infelicidad,
mientras canto los goles
de algún futbolista tatuado,
como si el éxito suyo se pudiera compartir.

Antes de que tenga que tomar pastillas para no soñarte.

De pedir frente a las velas cada cumpleaños
el deseo de verte con tu bikini blanco
saltando en la orilla de mi playa.

Deberías aprender a nadar,
a hacer el boca a boca
el cuerpo a cuerpo,
la guerra de la piel,
la de los besos,
la paz de los abrazos
y los orgasmos.

Antes de que olvide nuestro idioma
y el scrable me parezca apasionante
y hacer el misionero los domingos
el desahogo vital de mi existencia.

De que la nostalgia pistola en mano
apunte con tus recuerdos a mi nuca
y prefiera que dispare sin clemencia
a la amnesia para siempre de tu nombre.

Deberías aprender a nadar sirena mía
antes de que suba la marea
y me ahogue en este charco de la vida.

jueves, 27 de enero de 2011

Si cierro los ojos hasta veo focas (y no me estoy acordando de tu madre)

Si la semana tuviera ocho días
ella me dedicaría uno entero para mí.

-Tengo trabajo, lo siento.
Y la entiendo.

Como entiendo su falta de cobertura
o que no me coja el teléfono.

Me llevo muy bien con la muchacha de su contestador,
creo que se llama Ana,
la muchacha me refiero, no ella,
ella se llama como le sale del coño.

Por cierto el coño:
La de locuras que puede hacer un hombre
por unos simples labios.

En fin......
pues eso a lo que iba,
como le sale del coño se llama,
a veces amor,
otras deseo
y la mayoría da igual como la llames
porque ni aparece.

Yo creo que se folla a ella misma frente al espejo,
tiene que excitarse por fuerza si se ve.
Es lógico.

Diez años de mi vida daría yo por ser multiorgásmico,
mujer no, eso nunca,
bastante tengo ya con esta adicción a los tacones
desde este lado.

Que oigo el repiqueo y erupciono
y luego me enamoro
y en las siguientes tres centésimas ya estoy de rodillas.

Tiene acento del norte,
se llama Ana, seguro,
le estoy cogiendo mucho cariño.
Espero que no me la quite
con un absurdo politono.

- !Ay Ana si supieras cuanto la quiero!

Y Ana a lo suyo.
Es fría sí.
Pero no importa.

Estoy acostumbrado a la gelidez
desde que me encapriché de la antártida.

Si la besas en la boca mucho rato
puedes suprimir el hielo de las copas.

Y ahora comunica....joder

No se porque los lunes se llaman lunes
en lugar de tener mi nombre
que ahora seguramente ella estaría
trepándome la espalda con las uñas.

domingo, 16 de enero de 2011

La nostalgia siempre lleva la falda demasiado corta

Ayer escuchaba Penélope la de serrat,
ya sabes aquella canción que te hacía temblar
bajo las sábanas como a una rosa en otoño.

Y me acordé de las estaciones que no vieron nuestros abrazos,
del olor a champú de coco de tus axilas
aquella vez que prometí besarte
donde aún nadie había posado antes los labios.

Y recordé lo mucho que me gustaba tu vestido verde
y verte fumar mirando un punto fijo
y tus pies que apenas se levantaban del suelo
cuando caminabas con el culo erguido
por las pasarelas de aquella ciudad
que tenía tu nombre
antes del suyo.

Mientras los acordes me inundaban de nostalgia,
aparecías por mi memoria con esa sonrisa de lluvia
y esos ojos que parecían haber visto a dios masturbándose
en la última playa no nudista de tu isla.

Y me emborraché,
primero de tu ausencia
y luego de vodka,
después de los labios de aquella fotografía que me regalaste,
gastada ya de que mis ojos se la coman
los lunes que no nos pertenecen.

Todos.

Ya.

Que no hay semanas.

Desde ti.

Sigo siendo el mismo estúpido que se enamora en la cola del cine,
¿recuerdas tú con dos coletas
y aquella falda a cuadros que mentía sobre tu edad?.
-¿Quieres ser mi próxima ex?-

Y tu sonrisa de muslos desnudos
mientras Brad adicto a la adolescencia
me observaba con envidia desde la pantalla.

A veces no duermo solo
y hago las misma promesas que una vez te hice a ti
y luego otra vez
hasta que se rompen de desgaste
como las tuyas
que te cansaste de esperar sin esperanza
a un hombre que no era yo
pero el amor ni siquiera nos dejó descubrirlo.

El amor es como un cristal lleno de vaho.
Nunca deja ver otro horizonte.

Ahora soy yo el que vagabundea por la estaciones
buscando en los bancos tallados con tus palabras
a una mujer que ya no eres pero que siempre has sido
mientras los trenes descarrilan una tras otro
por este corazón de porcelana.

Ahora que las matemáticas ya no suman,
solo restan
y tu recuerdo se aferra a las plantas de mis pies
tanto,
que no puedo caminar sino es contigo.

Mis ojos húmedos mientras la voz ronca del cantautor,
hacen que todos los mares quepan en un pañuelo
y me arranco las lágrimas con los dientes
mientras la última ola de mi párpado derecho
me moja por dentro con tu vacío.

Yo nunca seré nadie ya,
NADIE,
pero tú amor que no llegaste,
siempre serás Penélope,
la de Serrat,
la mía,
la nuestra.

martes, 11 de enero de 2011

........Y ahora soy un charco

Detrás de cada mujer a la que amo,
siempre hay un hombre al que odio.
Es inevitable.

Como lo sería no pensar en ser burbujita
cuando el equipo español de natación sincronizada
se inventa bajo el agua una ciudad
con nombre de medicina para el alma.

Que iba a llover.
Eso dijo el hombre del tiempo el hijo de puta
y ahí está ella tras mi ventana
esperando el autobús
con un ridículo paraguas en la mano
mientras los rayos del sol la iluminan
como si se tratara de una artista de hollywood.

Podría serlo.
Una mezcla entre mi Charlize
y vuestra Penélope.

Mientras bordeo con el índice su silueta en el cristal
pienso en lo bien que le queda
el uniforme a la cajera del súper,
en lo mal que le está sentando el régimen
a mi vecina de abajo,
en "ella" tocando el violín con las pestañas
en algún barrio marginal de París.

"Toda mujer que te mande postales desde París está muerta
y si aún respira mátala"

Odio los autobuses,
los odio desde que la magia
viaja en los asientos traseros
en direcciones siempre contrarias
a lo que debe ser mi camino.

Y me pongo triste
y cuando me pongo triste necesito un trago
y bajo las escaleras de tres en tres
y la calle hambrienta.....
me traga....
a mí,
que estoy hecho de escamas.

Es demasiado complicado ser un pez en el asfalto.

Aún están las farolas perfumadas con tu aroma,
estoy seguro que cuando bostezas
te crecen margaritas en la punta de la lengua.

Lo sé porque he visto la primavera en tu cruce de piernas.

Sol por la tarde. Eso dijo.
Con la sonrisa repleta de isobaras
y ahora una nube del tamaño de mi soledad
llora tu ausencia sobre mis hombros.

Un poco más al norte,
una chica se baja de un autobús y sonríe,
y abre su paraguas con la habilidad adquirida
de alguna película disney
mientras una rebelión de gotas furiosas
sueñan con desembocar en su piel.

Exactamente como yo.

martes, 4 de enero de 2011

Viaje al interior de mi cerebro

No hay un solo perro en toda la ciudad
que no sepa tu nombre.

Les he hablado de ti,
les he informado,
de que tú a tu manera
perteneces a su raza.

Tal vez un doberman
o uno de esos con los ojos diminutos
y la cabeza enorme,
que invitan a la caricia
y cuando menos te lo esperas
te arrancan medio brazo de raíz.

Deberías saber que he aprendido a odiarte
y salir ileso de ello,
a que el lado derecho de la cama
ya no me parezca una batalla perdida.

He aprendido que el mundo no comienza en tu cintura,
ni acaba con una de tus postales sin remite
desde algún pueblo remoto al oeste de saturno.

También he sido malvado, si,
he comparado continuamente a tu madre con un reptil,
tu hermana la mayor ha sido la actriz principal
de mis últimas veinticuatro masturbaciones
y he deseado con todas mis fuerzas
que una ola de un mar cualquiera
te arranque el bikini en una playa
repleta de mujeres con complejos.

Al fondo de la habitación me observan tus zapatos rojos,
bendito treinta y siete que mantiene
el brillo que alguna vez le dio mi lengua.

Están en la misma posición que los dejaste
a veces encima me invento tu silueta
y bailas
y flotas
y desapareces,
una y otra vez.

Como antes.

Como siempre.

Y te maldigo.

Y multiplico todo lo que te detesto
por la cantidad de caricias que aún me debes
y siempre sale el número exacto
de lo que te quiero todavía.

Ojalá alguien me regalara un corazón teledirigido
y poder esquivarte hasta que echarte de menos
no sea más que una frase vacía.

Como tu alma.

Sólo quería decirte que sí,
que soy culpable,
de este asesinato tuyo aunque sea ficticio.

"y es que no hay día que no desee tu muerte
si no vuelves conmigo".

Y creo que a esto los entendidos
también lo llaman amor.