domingo, 18 de octubre de 2009

Un mundo mejor

Por eso es mi mundo,
porque siempre que yo la quiero mucho
se vuelve geográfía.

Y obviamente no puedo decirle lo que me gustan sus tetas,
así tan bruscamente,
porque si lo hago a ella, a mi mundo,
se le tuerce el labio de abajo
como si sólo supiera respirar hacia dentro
y yo tengo que besarla por miedo a que se ahogue.

Entonces le cuento lo que me gustan
esas dos montañas que le crecen
alrededor del corazón
y que justo debajo del ombligo
tiene una ciudad que se llama lujuria.

Y es cuando es el labio de arriba el que se abre
y el de debajo le acompaña como si bailaran un tango
con esa lentitud tan bella
que parecen escapar de su garganta
doscientas cincuenta y siete mariposas de todos los colores
y me poso en su boca y me las trago todas,
hasta que en mi vientre el amor me vomita por dentro.

Y lo bello que París le habita por los muslos
y el sena allí tan relajado
mojándome la barbilla
y lo hermoso que es poder lamerle
la puntita de la torre eiffel
y hablar fránces sin palabras
en el arco del triunfo que dibujan
sus tobillos en el aire.

Y sortear con mis dedos los acantilados de su espalda
y morder suavemente las colinas de sus hombros
y beber del rio que nace de su nuca,
que desemboca entre sus nalgas,
que se hace catarata entre sus piernas
y me estalla en la cara sin permiso.

Y navegar por su columna vertebral
y hacer un viaje de ida al mismo centro de su ombligo
y que se invente una isla en la palma de su mano
para poder naufragar entre sus dedos.

Por eso es mi mundo,
porque siempre que yo la quiero mucho,
se vuelve geografía.

martes, 13 de octubre de 2009

Ojalá tocaras la guitarra con mis cuerdas vocales

Ella me dijo:
"Empiezo a estar celosa de Laura"
Y la entiendo porque Laura es dios,
o sea si me tengo que arrodillar ante alguien
......mmmmm..... ya me entiendes.

La última vez que la escuché
me dijo tres frases en francés y colgó
a mi sólo me gustaba su frances cuando no hablaba.

Echo tanto de menos sus posdatas
y aquello que le brillaba en la boca cuando echaba el humo
y la A de anónimo en su nuca
y mi lengua borrándosela
y sus manos
y sus pies
y su "vete a tomar por culo"

La echo de menos.

Cada vez que pienso en ella maldigo la poesía
y los puntos suspensivos que parecían sus lunares
en una carrera de cien metros contra Usain Bolt
y las palabras llanas, y las agudas,
las esdrújulas no que le gustaban tanto.

Y odio cada verso y cada estrofa,
insulto todas las vocales menos las de su nombre,
hago bolas de papel que se parecen a sus tetas
con los últimos sonetos que me salen al hablar.

Por que uno hace poesía cuando te piensa,
por eso la odio.

Y blasfemo contra las comillas
y meto en un paréntesis la palabra puta
mira:

(PUTA)
Y te la dedico.
Sin cariño.

Y grito que te odio tanto como a la palabra amor
y todas las metáforas de este mundo huyen
y se te posan en la piel.

Porque tú si que eres un poema
y no este intento inútil de ignorarte.

Aullo contra ti hasta que mi voz deja de ser mía
y me la roba el viento.

Con lo bonito que sería que vinieras
y con un beso
asesinaras todas las sílabas de mi boca

viernes, 2 de octubre de 2009

Yo también fui niño...te lo juro

A daniela que me hizo hombre.




A Daniela la conocí cuando todavía me estaba saliendo el vello púbico, tenía los ojos tan verdes que la primavera le nacía en los párpados.

Una vez me dijo:
- Te voy a dar un beso de película.

Supuse que era de película pornográfica porque Nadia nunca me había besado así. Nadia era mi novia, era fea, muy fea pero yo la quería mucho.
Fue la mujer que ha hecho las cosas más románticas por mí. Una vez compró un paquete de gusanitos y juntos en la plaza del silencio ante la atenta mirada de cinco palomas comimos de la bolsa y al final cuando acabamos me dejó chuparle los dedos.

Daniela prefería chupar otras cosas, aunque a mí solo me besaba.
Aquel jueves que llovía tanto su beso fue tan largo que aún hoy me palpita aquí en la boca.

Me llevaba cuatro años y dieciocho centímetros sin tacones, sin tacones parecía la mujer más bonita del mundo.
Con tacones además lo era.

Fue ella quién despertó todo en lo que yo me he convertido y la verdad ahora que me miro serenamente, creo, que nada debo de agradecerle.