viernes, 13 de mayo de 2022

VERDE TREGUA



Caminaré descalzo hacía a ti,

para reconocer mis huellas

si tengo que volver.

Te pediré disculpas

como quien pide un cigarro.

Es tan aburrido dejar de fumar.

Es como decirle a la vida

-Vale tendré cuidado.

Yo no quiero tener cuidado.

Es tan aburrido tener cuidado.

Lo bonito de los abismos

es que luego no hay nada.

Quiero decir que está el paisaje

pero después del paisaje,

una vez entras en él,

formas parte de él,

no hay nada.

Si no me crees lánzate,

verás que no te miento.

Yo nunca te miento,

por eso te quiero,

porque te puedo decir la verdad

sea cual sea.

La verdad nos hará libres.

Aunque sinceramente,

tampoco me importaría

que me hiciera esclavo,

si tú tienes las llaves

de las esposas.


No importa si no me perdonas,

prefiero dolerte a que me olvides.

Olvidar es tan aburrido.

Tan cruel,

como arrancarle páginas a los libros.

Antes de saber 

si era mejor contarte secretos o lunares

ya había perdido el equilibrio.

Caer es tan aburrido si no me recoges.

La mayoría de los que le tienen

pánico al silencio

acaban rodeándose de imbéciles.

Los imbéciles nunca se callan

por eso yo hablo poco 

para no parecerlo.

Cuando te vi con él

no fue odio,

en serio,

fue como si una parte de mí

se fuera con vosotros calle abajo.

Ya nunca fui el mismo

y ustedes sois tres.

Aunque no lo sepáis.


Te pedí perdón,

como quien dice te amo en una discoteca.

Bailar es tan aburrido

sin caerse.

Tú no podías entenderlo,

tú querías llevar el ritmo,

saberte la canción,

tararearla.

Yo solo te miraba.

Mi canción favorita eras tú bailando.

Ni siquiera era una cuestión de música.

Yo siempre me había referido a la vida.

Pero para ti la vida era otra cosa

y no yo.

Cuando no supe el lugar donde debía correrme

me di cuenta que te estaba amando.

Cuando el sexo, dentro del sexo, 

se acercaba tanto al amor

tuve miedo.

El miedo es tan aburrido

si tú no eres el monstruo.

Aunque hubieras tenido

las soluciones al dorso

como un libro de crucigramas,

no se me hubiera ocurrido mirarlas.

Acertar es tan aburrido.

A mi me gusta equivocarme,

tropezar,

fallar.

No era una cuestión de aprender de los errores

era la magia de ignorar el error

y seguir adelante.

¿Qué ibamos a hacer entonces con los defectos

cuando ya nos conociéramos 

con los ojos cerrados?

Los matrimonios no fracasan por la rutina,

lo hacen por lo errores.

De los errores no se aprende,

se aprende de dejarlos a un lado

y seguir caminando hacía adelante.


Descalzo para reconocer tus huellas

si tienes que volver.

Como ahora.

Con un cigarro en la mano

y tú bailando en mi cabeza.

Te pedí perdón

pero aunque nunca vayas a creerme,

yo solo quería volar.

Pero olvidé que sin ti

ya no tenía alas.

Lo bonito del abismo

es que una vez formas parte de él

ya no hay nada.

Si no me crees lánzate.


Te juro que te estoy esperando abajo.

lunes, 9 de mayo de 2022

TOKIO

 Podría haber salido el arcoiris que yo, no hubiera visto más que el verde de tus ojos. Recuerdo que era abril. Yo había dejado de cumplir años para no molestar a mis padres y a ti, te habían crecido las tetas más allá de la cordura. Quince años amor, eso teníamos. El número de la suerte, la niña bonita, impar, dulce e inocente. Ahí cabían todas las promesas. Seguramente yo dije un para siempre después de un beso. Y tú le pusiste nombre a nuestra primera hija, antes de la quinta despedida. Nunca fue tan cómodo un banco de piedra. Nunca una canción superó tu risa. Nunca me tembló tanto el alma, como cuando atravesé por debajo de tu blusa, aquel acantilado de tu pecho. Luego la vida se nos hizo grande, dejamos el amor aparcado y pensamos que la felicidad, no podía depender del otro, sino de uno mismo. Nos equivocamos. No hemos dejado nunca de equivocarnos pero supongo que ningún error duele igual que el primero. Quince años, tú con aquellas pecas diminutas cayendo por tus pómulos como una lluvia de verano. Yo con aquellos lunares en la espalda por donde tú dedo dibujaba galaxias que nadie más descubriría después de ti. Obviamente no fue para siempre y tu hija, no tiene ni una sola de mis facciones, tampoco lunares, ni siquiera se llama como prometiste. Hemos coincidido en un evento, nos hemos mirado, creo que ambos sin ningún éxito hemos intentado volver a cumplir quince, mientras tú pedías ginebra y yo un ron. Hemos mentido sobre la salud, nos hemos sincerado sobre el olvido.Como sí lo cotidiano fuera maravilloso, hemos sonreído para que ninguno dudara de la felicidad del otro. Ojalá hubiéramos sido tan valientes de abandonar la edad y sobre aquella barra dejar a los niños que fuimos, dos niños negándose a crecer, hablando del amor, como lo que pensábamos que sería, no como finalmente acabó siendo. Pero era tarde. Creo firmemente que la única vez en mi vida que llegué pronto a algún sitio, fue a tus labios. Demasiado pronto tal vez. Luego en la terraza mientras fumaba, el horizonte a los lejos ha dibujado un arcoiris y yo otra vez, solo he visto el verde de tus ojos. Y luego, luego creo que ha llovido.