domingo, 23 de mayo de 2010

El asesino del horoscopo 2

LEO

¿Espejito, espejito? preguntabas.
Y mis ojos ya sabían la respuesta
si en lugar de en el cristal de los complejos
te hubieras refugiado en mi mirada
me hubieras prohibido el parpadeo
el resto de tu vida y de la mía.

No es tan fiero el león como lo pintan- Me dije-
cuando cambiaste del rugir al respirar
y el levante solo quiso ser poniente
y el poniente solo brisa de verano.

Fue en tu amplio fondo de armario donde descubrí
los colores más hermosos de mi vida.

¿Que iba a hacer yo contigo?
si la única selva que pisé
fue aquel medio rasurado de tu pubis.

Me dejaste una grieta en el corazón
y un agujero profundo en la cuenta corriente
y aquel caminar altivo y glamouroso
alejándote despacio hacia la puerta
con esa certeza de quien sabe cuantas huellas
ibas dejando en el camino de mi vida.


VIRGO

Cuando querías, querías demasiado.
Quiero esto y aquello
y lo que tienes en las manos
y eso que te brilla entre los labios.
Y tu vida.
Sí, también quiero tu vida,
aquí y ahora.

Y saltar a la comba
y ese gato
y que me escuches,
a dos mil palabras por minuto
y que tu voz sea tan mía que no sepas
si aquello que me dices con los labios
son palabras que provocan mi garganta.

Pero igual fuiste de intensa cuando amabas,
que cuando quiso el olvido separarnos.

Lo peor de todo era no caber
en ese círculo imaginario que trazabas
con los dedos manchados de mi insomnio,
que la montaña rusa de tu vida
no descarrilara algún vagón para buscarme
y me dejaras sin tu mundo en el momento
en el que mío solo giraba para ti.



LIBRA


Siempre fuiste mi equilibrista preferida
sobre aquellos tacones hablando del vértigo
como si no fuera más que una palabra esdrújula.

Y es que en el amor si era contigo
solo nos valía esa palabra,
equilibrio.

Por eso me caía,
porque no sabía donde agarrarme
si tú en un ataque de desconfianza
me quitabas el abrazo.

Ojalá la suma de tu peso y el mío
hubieran dado la cifra mágica de la pasión
y la flecha endiablada de la báscula del deseo
no hubiera girado en contra de las agujas del reloj.

Que pena que a tus besos se le olvidara la boca
y a tus caricias las manos
y a tu voz mi nombre
cuando el aire me robó las dos palabras
más importantes de tu vida.

Que locura de partida de ajedrez,
cuando el jaque mate no era comerse al rey
y si a mi boca.

Que triste que siempre la balanza del amor al final
cayera siempre por inercia hacía tu lado.





ESCORPIO


De la noche a la mañana el amor
era un puzzle de dos piezas que encajaba
de un millón de maneras diferentes.

Que tuvimos que inventarnos nuevos nombres
para las posturas que no salían en los libros.
“Fóllame” hasta que me mates”
esa era la preferida de tu columna vertebral.

Era hermoso ser velero de tus mares,
marioneta de los hilos de tus dedos,
el insecto que devoraban las arañas
del rosal que te crecía junto al ombligo.

Aún no he dejado de amarte
en cada una de las cicatrices
de la ira del soy tuyo y tú de nadie.

Desde que decidiste que “platónico”
era una palabra que solo existía
en el diccionario de los hombres tímidos
estoy desnudo por si quieres
que sea mi piel la única destinataria
de tu dulce aguijón envenenado.

4 comentarios:

EVA dijo...

Y cuando acabes con todo el horóscopo qué piensas hacer con toda la sangre derramada?

Yo la guardaría en un frasco y la utilizaría de tinta para escribir versos nuevos...rojos.

Un beso

Ernesto Pérez Vallejo dijo...

Tentadora oferta pero me temo que la unica sangre que se derrama es la mía y aunque en algunas tendencias el masoquismo me parece una idea excitante, no es el caso en la poesia.

Un abrazo, Eva.

Gata dijo...

Pues yo en mi tónica...nunca sé q decirte de lo mucho q me gusta, sólo soy capaz de quedarme ahi con la boca abierta y la garganta seca...
en fin, precioso. Temblando estoy para ver como nos ves a los capricornios ;P
en serio
besos

LatitadeAlmendras dijo...

venga! sagitario ya!