Estará despertando ahora.
Tras las persianas, un sol impaciente
hará equilibrios por las cornisas.
Seguramente llevará puesto el pijama
al que le arranqué un botón aquella noche
en la que el amor perdía por dos orgasmos a cero.
Es probable también que su teta derecha
haya escapado sutilmente de la suavidad de la seda
y su pezón, en una diagonal perfecta,
esté mirándose con morbo en el espejo del baño.
Despertarán los muebles de la cocina
al olor de su primer café.
Braguitas minúsculas e inquietas
rezarán su oportunidad en los cajones
y la cama aún deshecha
respirará hacia dentro el olor de su cabello.
Estará descalza sobre la alfombra,
bella y despeinada,
con sus ojos haciendo juego con el color de las paredes,
lanzando bostezos a las lámparas,
que bailan levemente sobre su garganta profunda.
Habrá perdido el autobús y el ticket del metro.
Harán colas interminables los vecinos
por los quince segundos de morbo en ascensor.
Murmurarán las aceras de su barrio
que cada día está más guapa y más puta.
Llegará tarde al trabajo,
con su vestido de flores
y unos tacones que engañan
exageradamente sobre su altura.
Se la follarán con los ojos los casados,
con curiosidad la amarán los jovencitos
se rozarán con su piel los más maduros,
silbarán sucias melodías los ancianos del parque.
Habrá huelga de prostitutas en las esquinas,
maniquies en los contenedores de basura.
Se inundaran los quirófanos de mujeres
para operarse los gluteos,
colas de humedades en los aseos masculinos.
Será París tan feliz como yo era
cuando bailabas tú por mí
los "para siempre".
Aquí sin embargo, seguirá la vida pasando lenta
como un reloj de arena
con lluvia en el interior.
El buzón echando de menos tu caligrafía
mientras Andrés Suárez se rompe la voz en mi oído
por una mujer que también como tú,
cambió su corazón por un paisaje.
Aquí los vecinos huyen de mi saludo,
los semáforos ridiculizan mi daltonismo,
me arrodillo ante la primera mujer que sepa doler
como duelen los inviernos sin las novias del verano.
La realidad es que no tengo amor propio.
Ya no sé amar nada
que no tenga algo que ver contigo.
Y no, seguramente,
ya jamás volverá a ser lunes por aquí,
aunque esta cara que me dejaste de domingo eterno
esté siempre diciendo lo contrario.
22 comentarios:
Segunda estrofa y ya me estoy inclinando sin sombrero. Chapeau!
Afortunada de que alguien le escriba versos tan increibles. Creo que ya le has pagado lunes con creces. Espero que te eche de menos, y que le duela.
París... La ciudad del AMOR dicen... Yo creo que debe ser ROMA, pero al revés...
Muy bueno, intenso, sentido.
Muaks!!
Hola Ernesto!!
Me estás acostumbrando mal...desde que te leo,justo antes de entrar,pienso,¿me va a volver a sorprender?...y sí,siempre lo consigues,enhorabuena,por saber utilizar tus sentimientos para deleite nuestro(mío,jaja),por tener la capacidad de expresar lo que tu corazón siente sin ningún tipo de pudor.
Felicidades!!
Como dirían por ahí,tu cara es un poema...de lunes,aunque en tu interior siga siendo domingo.
Un abrazo!!
Hacía mucho que no te comentaba. Me da la sensación de que has vuelto a ser quien eras. Eso es la señal que esperaba.
La realidad es que no tengo amor propio.
Ya no sé amar nada
que no tenga algo que ver contigo.
Te juro que la sentí propia a esta parte.
Bellísimo +
A mi tambien me duelen los lunes Ernesto, cada vez que te leo siento que se me cierran las venas, me falta el aire y extraño a un ser inexistente, vaya que contagias esa nostalgìa tuya, ojalà algùn dìa Laura sepa que mucha gente sufrimos y a la vez disfrutamos su ausencia...
Me encanta acercarme por aquí para leer tan bello MontParnasse. Son versos maravillosos y he quedado prendada tras varias lecturas.
Creo que pasaré mucho más a menudo y seguro que estos lunes, se hacen de los imprescindibles en mi catálogo de visitas-guiadas.
Un abrazo.
http://www.youtube.com/watch?v=Ps6ck1ejoAw
Sonríe.
Ufffff
Sí que sabes cómo es...
Me toca mucho cómo escribes, pero mucho.
Hacía tiempo que no encogía mi estómago bajando el cursor por el miedo a llegar al último verso.
Un placer leerte de nuevo.
Mis besos, muaaaaaaaaaaaa,
¿Sabes una cosa?
Empiezo a odiar esta sensación de entrar aquí y acabar llorando.
Claro que tampoco podría ser tan cobarde de no entrar y no leer tus sentimientos hechos poemas.
Si pudiera quedarme con algo, que lo veo difícil, sería con esto:
"por una mujer que también como tú,
cambió su corazón por un paisaje".
Un abrazo.
María
chulo, mucho
Fantastico ... como todo tu.
Tu sombra Er. Muakk
Pues que me ha encantado leerte, pero mucho mucho, así que por aquí voy a volver seguro.
Saludos de miércoles.
Hace demasiado que no publicas nada para alguien que entra en tu blog cada día con la esperanza de algo nuevo. Regálanos otro trocito de ti.
Alba.
Ya hace dos semanas...
ojalá fuera martes, entonces...
ojalá fuera miércoles, estos sindías
no tienen mucho sentido ni nombre propio. Yo también podría leerte.
W.
M A R A V I L L O S O
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