lunes, 12 de agosto de 2024

CANBERRA

 Sé que en algún momento tú vendrás y me pedirás perdón. Y me importará ya todo tan poco que te lo concederé sin rechistar. Y eso te enfurecerá más que cualquier insulto. Que cualquier negativa a tus disculpas. Porque cuando alguien nos hace daño, lo que realmente le fastidia es que el daño desaparezca. Que haya perdido la capacidad de volver a la herida, ya sea para volver a abrirla o para cerrarla definitivamente. Lo intolerable es que haya sido el tiempo el encargado de sanarnos. Lo humillante es que haya sido otro el que nos haya curado hasta el olvido. Lo doloroso para el que nos hizo daño es la ausencia de dolor. Y ese a la vez es el suyo. Y es para siempre.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca me había alegrado tanto como hoy de volver a entrar en este blog 💖✨ Ernesto querido, todos los días son lunes si te leo. Un abrazo enorme. Maria 💋

Anónimo dijo...

Simple , bello y muy especial .. lo ame 🥰