lunes, 11 de noviembre de 2024

BOGOTÁ

 Nos esquivamos, tal vez para evitar el peligro, aunque el peligro no sea más que ignorancia. Tú prefieres la acera de la paz, yo la de la duda, ninguno cruza la calle. Lamemos bordillos, aunque a mi lengua le quedaría mejor tu piel y a la tuya le vendrían mejor mis miedos. Volver la vista atrás, es ver tu culo alejarse. Tu culo es ese poema que soy incapaz de escribir porque prefiero leerlo. A veces, calculo con las manos el borde de tu cintura y el espacio en el que cabes, tiene exactamente la medida de mis sueños. Me sostengo en el equilibrio imperfecto de tu ausencia, haciendo pactos con el futuro, inventando diálogos donde tú, no solo tienes la última palabra, también el primer beso. Al fondo el paisaje se llena de semáforos en rojo, el mismo color que tienen tus pómulos, cuando mis ojos te quitan la ropa, mientras mis manos marchitan de impotencia. Podría invadir tu territorio, asomarme al precipicio de tu escote y decir tu nombre para resumir mi vida. Dejar de esperar la carta correcta y barajar el destino hasta que siempre lleves ases en los ojos. Girar en la siguiente curva y en el callejón más cerrado de tu vientre, alquilar la habitación que hay en tus muslos. Podría matar la duda y tu asesinar mis miedos. Yo desnudar tu cuerpo, tu decorar mi alma. Yo ponerle letra a tus pisadas, tu banda sonora a mi silencio.  Podríamos sonreírnos en la boca, fumarnos los suspiros, tragarnos los orgasmos. Podríamos intentarlo, ser capaces, tal vez nos demos cuenta de repente, que el único peligro de verdad es esta estupidez de no estar juntos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mágico como siempre Ernesto, nunca fallas.

Anónimo dijo...

Ay Ernerto. .. cuánto dueles!

Anónimo dijo...

Pero esta deuda era en domingo.
Aurora.