lunes, 19 de febrero de 2024

MAPUTO

 


El olor después del sexo.

Tu cara de culpa.

Tus manos limpiándose la boca

como quien se ha comido

el último helado de la caja.

El cuarto mensaje de tu novio.

El este será la última vez

como si en lugar de orgasmos

hubiera sido resaca.

Tu hasta nunca al cerrar la puerta,

tu mientras tanto al tocar el timbre.

Tu falda innecesariamente corta,

tu blusa desabrochada a conciencia.

El amor dando tumbos por la habitación

como un niño que empieza a caminar.

Tu nombre en mi boca

poniéndole un precio a tu alma.

El eco de tu gemido 

como una manada de elefantes

huyendo del fuego.

Lo bonita que estás cuando te pones tan puta,

lo puto que soy cuando estás tan bonita.

Tus piernas abiertas como un bar de madrugada,

las cosquillas que tienes en la punta de mi lengua.

La risa frágil como el papel de regalo,

el diablo aplaudiendo a los pies de la cama,

mi ateísmo perdiendo el equilibrio por cada beso en la boca.

Tu móvil sonando, poniéndole la misma banda sonora

al mismo pecado.

Mi te quiero en silencio 

tu te odio a alaridos.

Tu coño, 

tu bendito coño brillando

como los ojos de un gato en un callejón oscuro,

tu verbo cruel pidiendo indecencia,

mis jodidos sinónimos de la palabra injusta.

Lo que callo. 

Lo que mientes.

Las promesas vacías como una playa en invierno.

Tu hasta nunca al cerrar la puerta.

Mi impaciencia a que suene el timbre.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy, más que nunca, amo que sea lunes 🖤✨

Maria

Anónimo dijo...

¿Te acuerdas cuándo tenías treinta comentarios por poema? ¿ O cuando tú te convertiás en treinta personas diferentes para comentarte? La segunda opción aún te puede mimar el ego. Ánimo. ©®$

Ernesto Pérez Vallejo dijo...

En cierto lugar, había un jardín enorme, donde crecían las flores más bonitas de la ciudad, en aquel sitio, la lluvia escaseaba bastante y era una persona la que se dedicaba todos los días a regarlas, mimarlas, quererlas. Pero un día, esa persona, por motivos que no vienen al caso, desapareció. Ante el miedo a qué el jardín marchitará, otra persona se dedicó a aquel paraje. Pero no dio resultado. Al poco tiempo, se implicó mucha más gente para que la primavera continuara allí, incluso el alcalde, colocó a trabajadores expresamente para cuidar el lugar. El éxito fue nulo. En lo que tarda el amor en convertirse en cariño, aquel hermoso lugar se hizo desierto.

Espero “querido” anónimo que lo hayas entendido.

Suerte.

Anónimo dijo...

Aquí una que siempre espera y lee tus poemas y, sin embargo, rara vez ha dejado un comentario.

Hoy sí.

Pasaba yo por aquí y he pensado "¿Qué tal si me cuelo y le mimo el ego a Ernesto?"
Y, querido, escribes tan jodidamente bien que espero que nunca dejes de compartirlo. Con comentarios o sin ellos. Por mí como si los desactivas. Yo te voy a guardar igual. Y mis mimos que te los lleve el poniente. Seguro que no se equivoca de puerta.

Abrazo

Anónimo dijo...

10 años acompañándome en los mejores y peores momentos. Incluso te escribí por Messenger una vez y sin imaginarlo posible, respondiste. Gracias por estar esa vez, gracias por seguir aquí.

Karina dijo...

No importa cuánto tardes en volver a escribir, hay jardineras con todo tipo de plantas y de hierba y segura estoy que algunas de ellas sobrevivieron a tu ausencia y ahora reciben gozosas tus atenciones al jardín y volverían a esperarte ✨🤍

Anónimo dijo...

Una vez me enviaron el poema Visión Optimista de lo imposible...solo sabía que no era de la persona que lo envío, y nunca me quiso decir. Así que investigue y encontré tu blog. Desde ese día te sigo... Y me he identificado con mucho de tus escritos. Este es hermoso....y hoy Belgrado me tocó de cerca... Termino una guerra ...y solo queso el sile lo. Gracias por tus escritos.

Anónimo dijo...

Disculpa los errores del teclado. Quise decir: Termino una guerra y sólo quedó el silencio.