lunes, 2 de septiembre de 2024

LONDRES

 Intento observarte desde la frialdad del diálogo. Procuro escucharte mientras tus labios se mueven, ignorar que la humedad de tu lengua apagaría la sed de mi boca. A veces fijo la mirada lejos de tu rostro, en un punto perdido, temo que mis ojos te cuenten lo que mi voz no sabría. Luego casi al azar, hallo tu cintura en mitad de la nada y apuesto media vida al rojo de tus pómulos, al impar de los lunares de tu cuello.

Alguien me dijo que la suerte hay que buscarla, pero olvidó mencionar qué hacer cuando la encuentras.

Tus palabras siguen danzando por toda la habitación, tropiezan con mi silencio, resbalan con esta torpe manera que tengo de escuchar lo que no oigo. El destino es un crupier al que le tiembla el pulso, e intento adivinar la próxima carta. Supongo que es de corazones, pero desconozco si mayor o menor, a la cantidad de suspiros que guardo por si me rozas antes de marcharte. Invierto toda mi fortuna en asentir con la cabeza, coloco una mueca para que en mi sonrisa no intuyas la derrota del siguiente hasta luego y dejo de ir de farol sólo cuando caminas dándole la espalda a mi futuro. Luego me siento a esperar la siguiente partida, sabiendo que no hay trucos en tu forma de moverte, ni ocultas ases en la manga para volver a hacer desaparecer toda mi tristeza.

Que la magia es que existas. Que la maga eres tú.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mágico lunes soleado en Londres.
Siempre es un gusto leerte como la primera vez.
Besos, Maria ❤️

Anónimo dijo...

La magia de los lunes es la mejor de todas !! Gracias 🙏
Day

Anónimo dijo...

De cómo mejorar el peor lunes del año ❤️

Anónimo dijo...

Suerte o destino

Alguien dijo

que la suerte hay que buscarla,

pero olvidó mencionar

qué hacer cuando la encuentras….

El destino, sin embargo,

es un crupier borracho

que reparte cartas trucadas

sin mírar a los ojos…

Veo en tu mirada

el reflejo del as de corazones

y apuesto mi fortuna

al re-Poker de tu sonrisa…

Pero tús tacones

se alejan por la escalera

sin descubrir las cartas

pensando que es un farol…

Y yo me siento a esperar,

sin blanca, a la siguiente partida,

sabiendo que quizá

ya no me queden ases en la manga…