lunes, 9 de diciembre de 2024

NUUK


Llegará el frío.

Yo miraré en el armario

y sentiré el desprecio de las perchas vacías.

Saldré a la calle,

el verano será una metáfora,

una promesa.

Miraré a la gente andando deprisa;

te juro que a veces parece

que huyen de mí.


Se llamará noviembre

y no tendrá tus ojos.

Tal vez aquella sudadera

que compramos en el último viaje

consiga, en algún instante,

llamarse hogar.

Frotaré mis manos,

tal vez fume.

Se me hará largo

el camino al trabajo,

evitaré reflejarme en los escaparates.

La sinceridad está de más

cuando no la necesitas.


Observaré la playa desde el otro lado,

como si fuera una postal.

El viento dirá tu nombre.

Seguramente me cruce con alguna chica

que no se parezca a ti.

También tendrá frío.

La chaqueta gris, la que te gustaba,

me quedará grande.

Es increíble lo pequeño que se siente uno

cuando no estás.


Lo peor siempre es el regreso.

Miraré el calendario,

limpio, sin un solo círculo

que decore alguna fecha importante.

Será un mal año,

un duro invierno.

Me crujirán los huesos,

como si por dentro alguien

quisiera poner una canción.

Ni siquiera mi pijama más horrible

podrá firmar una tregua con Groenlandia.

Cuando el frío es por dentro,

añoras una piel

que no es la propia.


Tendré varios mensajes,

alguna llamada perdida,

dos páginas porno en favoritos,

otra apuesta perdida.

Habrá ofertas engañosas en los buzones.

Los perros del vecino

no le ladran a la gente conocida.

Es fácil, a veces, asesinar la incertidumbre.


En algún momento, la primavera

asaltará el paisaje.

Acorralará al silencio.

Matará la oscuridad.

Seguirá haciendo frío.

Cuando tienes el silencio en la cabeza,

no importa el ruido.

El sol es un consuelo inerte,

como encontrar una chica

que se llame como tú

y decir su nombre.

¿Con qué se curan las heridas

que no se ven?


No sé cómo explicarte, sin rozar lo cruel,

que a veces sufre

más el culpable que la víctima.

Que el error llegará un momento

que dejará de perseguirte,

mientras a mí me acorrala

con tu ausencia.


No habrá tregua,

por más que confunda

algún incendio con agosto,

por más que en alguna calle de mi memoria

quede alguna hoguera encendida

por donde el olvido

aún no se ha atrevido a pasar.


Dará igual el tiempo que pase,

la ciudad que drible,

la canción que decida no poner.

No importará que escape

de las páginas dobladas

de esos libros que dejaste en mi cabeza.

Tomaré atajos,

vaciaré el armario,

diré "te quiero",

prometeré algún "para siempre".

Tal vez tenga hijos.

Tal vez sea feliz.


Pero me acordaré de ti,

casi siempre en los momentos

más inoportunos.


Y siempre, jodidamente siempre,

llegará el frío.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Con lágrimas en los ojos. 😘😘😘😘

Anónimo dijo...

Fdo: Susi

Anónimo dijo...

Ufff me encanto y mientras lo leía yo también sentí frio ❤️‍🩹