domingo, 2 de agosto de 2009

Σε αγαπώ

Estar contigo es complicado,
no complicado como saltar una verja,
ni como verle las braguitas
a la dueña del kiosko de los helados,
complicado de veras.

Complicado como traducir las recetas
de mi médica de cabecera,
a veces en esos garabatos sin sentido hay poesía
y quizás dice que me quiere
o que me odia que es todavía más intenso
en algún idioma que desconozco,
en finlandés o en croata o en sueco.

Complicado como hacer ecuaciones de tercer grado
en la orilla de una hermosa playa de Cádiz,
mientras dos alemanas en top less
persiguen una sombrilla voladora.

Complicado y sin embargo te espero
y te busco,
salto la verja que separa tu mundo del mío
con la habilidad de un treintañero con lumbalgia
y te observo con los mismo ojos de entusiasmo
que aquella primera vez que nos besamos
y nos crecieron margaritas en los dedos de los pies.

Pero como no encuentro tu boca
me compro un magnum de chocolate blanco
que es lo más parecido del mundo a tenerte cerca
y Alicia que todavía no es una mujer
y nunca fue una niña
me enseña que el cielo hoy tiene un color rosáceo.

Te echo de menos,
la tristeza siempre empieza por tu nombre,
“Minä rakastan sinua”
“Volim te”
“Jag älskar dig”
el Farmacéutico que nunca leyó a Billy macgregor
se limita a darme un botecito con pastillas verdes,
que no son mágicas como presumen.
La magia sería que tu con aquel sombrero del lejano oeste
dejaras tu sonrisa sobre la arena
y mientras yo recojo los trozos
y los cuelgo al sol de un atardecer
de película romántica
te tires a nadar con esa agilidad del delfín a la deriva.

Pero más allá de la orilla sólo hay agua
y el agua sin ti no es más que un charco
y yo en un charco me hago náufrago
y divido lo que me quieres
entre lo que te quiero
o multiplico los latidos de mi corazón cuando te pienso
o te sumo en cada rostro
para luego restarme en todas tus ausencias.

Ojalá esa sombrilla que sueña con ser parapente
acabe clavándose en mi pecho
y la alemana, la más rubia
que tiene toda la pinta de llamarse Astrid
me lama las heridas con la lengua.

9 comentarios:

Bibiana Poveda dijo...

increíble como has derivado la complicación, y como le hacés el amor a las palabras.
abrazo!

Erev dijo...

Empiezo a pensar que menos mal que no te conozco...
Sin palabras y estremecida, como siempre.

Gata dijo...

Impresionante amigo. Bueno esa no es la palabra, no sé cual es...no existe en realidad porque sería una mezcla de embelesada y mecida y eso no sé si existe, pero tampoco podía irme sin decirte nada...así que pues eso, que impresionante de impresionista no de impresión
un abrazo para ti y un beso para el maldito irlantes ;P

Genética Inexacta dijo...

Ay Ernesto,tú y tus poemas me vais a matar un día de estos.
Este me lo llevo para mí para mi casa para siempre, para leerlo hasta que se desgaste o hasta que me lo aprenda de memoria.

Besos niño poeta.

PD. cómo odio a la chica del sombrero del oeste

Petri dijo...

Pues tiene razón Gata, Billy y tu dais un movimiento diferente a las historias.
Me encantan.

paula varela dijo...

Ernesto, tu poesía es simplemente genial.

la disfruté mucho!

besos,
Paula

Lázaro Suárez © dijo...

genial. y ya sabes que no lo digo frecuentemente.

Ana Clavero dijo...

En el amor todo cabe.

He tenido que recurrir al traductor porque ha pasado tanto tiempo...tanto, que era imposible traducir el título, pero puedo decir que desde el título hasta el último verso, todo es poesía de la buena.

Un besazo, casivecino.

Unknown dijo...

Que buena poesía, las que escribes.
Excelente.